Todo
lo obtenido es esfuerzo de otros, en el terreno sobrenatural
Cualquier “triunfo
apostólico”, avance en el bien, es resultado de los méritos de Jesús, por
supuesto, de la gracia obtenida por ellos, pero también por el esfuerzo de
otros, incluso de los que no conocemos
ni conoceremos hasta el Cielo
También en el material, pero en el sobrenatural siempre
Y, también nuestros sacrificios unidos a Jesús, nuestra vida
unida a la suya repercute en los otros
Jesús mismo se lo dice a los Discípulos cuando lo encuentran
charlando con la samaritana, les dice que les envía a segar lo que no
cultivaron otros lo hicieron ellos se benefician de su trabajo
Y, San Pablo recordara que ni el que siembra es nada, ni el
que riega, si no Dios que hace crecer
A veces podemos leer que tal persona se convirtió, o recibió una vocación al oír o leer a tal predicador, teólogo, persona, y, pensamos que fue dicho o hecho sin embargo eso no fue más
que el detonante final, antes de eso, otras palabras, otros hechos habrían
calado en esa persona, que habría rechazado, o dejado en reposo, porque no lo
veía claro, hasta que esa palabra, o ese hecho lo hicieron saltar, a lo mejor
recordó lo dicho por su madre, su catequista
Otras veces la palabra que aparentemente no significaba
nada, incluso puede ser de la Sagrada Escritura, de pronto viene a la mente de forma insistente, que
“fuerza a seguirla”
Es posible que ruegues por la conversión de una persona, y,
no veas que se produce, pero si se convertirá otra, salvo cerrazón por la que
conscientemente no habías orado tú, había orado otro hace tiempo, a lo mejor te
enteras de la conversión si es de un gran malvado, o no, y, piensas que tu
plegaria por el otro no fue escuchada, lo fue, y, recibirá la gracia de la
conversión cuando Dios quiera
Una palabra para evangelizar, un escrito, una charla de
amigos, y, nadie hace caso, pero sin embargo la semilla ha caído dentro, y, un
día alguien que te escucho, que te leyó, responderá no a ti, a Dios
O, alguien que en apariencia no escuchaba, al que no te
dirigías
Tú mismo, yo misma, cuando respondemos a Dios, cuando
acogemos lo que nos dice por otro, en realidad estamos respondiendo y acogiendo
lo que nos había dicho antes por otros
Esto se ve muy claro en el Camino ecuménico
Como Dios va haciendo crecer la semilla
Quien recogerá no importa, siempre recoge Él