jueves, 7 de marzo de 2019

Todo lo obtenido es esfuerzo de otros, en el terreno sobrenatural





Todo lo obtenido es esfuerzo de otros, en el terreno sobrenatural

Cualquier  “triunfo apostólico”, avance en el bien, es resultado de los méritos de Jesús, por supuesto, de la gracia obtenida por ellos, pero también por el esfuerzo de otros, incluso de los que no conocemos  ni conoceremos hasta el Cielo

También en el material, pero en el sobrenatural siempre

Y, también nuestros sacrificios unidos a Jesús, nuestra vida unida a la suya repercute en los otros

Jesús mismo se lo dice a los Discípulos cuando lo encuentran charlando con la samaritana, les dice que les envía a segar lo que no cultivaron otros lo hicieron ellos se benefician de su trabajo

Y, San Pablo recordara que ni el que siembra es nada, ni el que riega, si no Dios que  hace crecer

A veces podemos leer que tal persona se convirtió, o  recibió una vocación  al oír o leer a tal predicador, teólogo,  persona, y, pensamos que  fue dicho o hecho sin embargo eso no fue más que el detonante final, antes de eso, otras palabras, otros hechos habrían calado en esa persona, que habría rechazado, o dejado en reposo, porque no lo veía claro, hasta que esa palabra, o ese hecho lo hicieron saltar, a lo mejor recordó lo dicho por su madre, su catequista

Otras veces la palabra que aparentemente no significaba nada, incluso puede ser de la Sagrada Escritura, de pronto  viene a la mente de forma insistente, que “fuerza a seguirla”

Es posible que ruegues por la conversión de una persona, y, no veas que se produce, pero si se convertirá otra, salvo cerrazón por la que conscientemente no habías orado tú, había orado otro hace tiempo, a lo mejor te enteras de la conversión si es de un gran malvado, o no, y, piensas que tu plegaria por el otro no fue escuchada, lo fue, y, recibirá la gracia de la conversión cuando Dios quiera

Una palabra para evangelizar, un escrito, una charla de amigos, y, nadie hace caso, pero sin embargo la semilla ha caído dentro, y, un día alguien que te escucho, que te leyó, responderá no a ti, a Dios

O, alguien que en apariencia no escuchaba, al que no te dirigías

Tú mismo, yo misma, cuando respondemos a Dios, cuando acogemos lo que nos dice por otro, en realidad estamos respondiendo y acogiendo lo que nos había dicho antes por otros

Esto se ve muy claro en el Camino ecuménico

Como Dios va haciendo crecer la semilla

Quien recogerá no importa, siempre recoge Él