Jesús es el Fundador y La Cabeza
de La Iglesia, pero sin el Espíritu Santo la Iglesia no existiría, y, no
existiría porque sería un cadáver
En Pentecostés La Iglesia eran
las 120 personas, reunidas en el cenáculo, tomando 120 como número bíblico, y,
como número físico, entre ellos esto si es real estaba María y los 11, amén de otras mujeres
Estas personas estaban con miedo,
con las puertas cerradas, es decir aislados del mundo, por un lado tenían miedo
al judaísmo oficial, al sanedrín, a los fariseos, los que Juan y, Lucas llaman
los judíos. Pero ellos todos los encerrados en el Cenáculo eran judíos, judíos
que habían esperado el Mesías, Mesías que había venido, y, lo habían tratado,
lo habían visto crucificado, y, lo habían sentido resucitado, lo habían visto
glorificado, ascendido al Cielo, y, ahora estaban solos, los otros, los judíos
los matarían por blasfemos si salían a proclamar que el Carpintero muerto en
una Cruz, era el Mesías
Por otro lado tenían al Imperio,
con sus dioses, el Imperio por medio de su gobernador Pilatos había condenado a
Jesús el Cristo el Mesías a muerte
Jesús les había mandado orar por
la promesa del Padre que iban a recibir
No saben de qué se trata, oran,
juntos tal vez esperen un milagro el milagro de verse libres de aquello, de que
todo haya sido un sueño, y, despertarse en su casa, volver a su pobre vida de
antes
De pronto una sacudida, unas
lenguas de fuego, y, aquellos hombres abren puertas y ventanas, y, él que 50
días antes había negados a su Maestro a su Rabi, ante una simple criada ahora
anuncia El Evangelio, proclama a Jesús Señor y Mesías, les dice que dieron
muerte al Justo, al que Dios resucito, y no lo dice a una criada, lo dice a
hombres judíos de todas partes del mundo, que habían ido para la fiesta, a los
que acusa de ser responsables de la muerte de Jesús, y, lo mismo hacen los otros
y, de pronto los que oyen cada
uno en la lengua de su cultura, en lugar de echarse sobre los que hablan sobre
Pedro, sobre los otros 10. Preguntan que han de hacer. Y, Pedro los manda
bautizarse, para recibir el perdón, y, aquel día, se suman a aquel grupo de 120
personas 3.000.
Ha tenido lugar la primera
audiencia Papal, aunque esto no lo sepa nadie, El Espíritu Santo, como Viento
como Lenguas de Fuego, se ha metido dentro, ha hecho hablar a Pedro y a los otros sin miedo, a los
de fuera los ha empujado a la conversión, ahora son uno, La Iglesia acaba de
nacer, ya existía le faltaba el Alma que
es el Espíritu Santo, por eso es Santa, su Alma es Santísima, su Cabeza
también, los miembros pues hay de todo
Sí el Espíritu Santo no hubiese
venido, el grupo se habría disuelto, o los habrían matado, pero no habría
Iglesia