miércoles, 27 de marzo de 2019

No se puede comerciar con Dios

No se puede comerciar con Dios

Con Dios no se trapichea, no es un mercado, a la oración no se va a hacer negocio, si me das esto si me concedes esto; yo hago esto, o dejo de hacer lo otro. No, no funciona asi

Primero, porque Dios es el enteramente Otro, aunque ahora en su Segunda Persona, sea también un colega

Segundo, porque no tenemos nada que dar a Dios, todo es suyo, ni dejar de hacer nada, primero porque si es bueno, no hay porque dejarlo, segundo si es malo, hay obligación de dejarlo

En la oración de petición, no es como la máquina expendedora, que echo la moneda, selecciono, y, hale me sale lo pedido

Pues aquí, no es decir  unas frases que llamo oración, y, sale lo que pedi, y, a cambio como soy asi de generosa, yo le hago un regalo a Dios

Pues no, eso es superchería, y, es una falta contra el primer precepto del decálogo, es idolatría, si idolatría es dar poder divino a unas frases, que llamamos oración

No, la oración de petición es abrir el corazón a Dios, como se hace con un amigo, con alguien muy querido, con un médico, expresar lo que se desea, y, si claro que se pueden usar oraciones, sobre todo el padrenuestro, el ave maría, los salmos, bien dichos, sabiendo lo que se dice, a quien y, por quien, siempre cuando oramos a Dios con Jesús como mediador, pero no para que Dios, cumpla nuestro deseo, sino para que haga su voluntad en nosotros, y, nos ayude a amarla, y, aceptarla, y, si coincide con la nuestra damos gracias, y, si no pedimos fuerza para aceptar

Y, si podemos no dar, pero si entregar a Dios lo que ya es suyo, siempre que nos, nos impida otros deberes, por ejemplo ir a misa un día de semana está bien, pero está mal, si uno deja por ello su trabajo, o de atender a su familia

Y, también con ayuda de Dios, pedir fuerza para hacer lo que debemos y no estamos haciendo, o para mejorar.