jueves, 21 de marzo de 2019

La conversión de los buenos







La conversión de los buenos. No, la conversión de  pasar de vivir para uno, a vivir para Dios, Saber que  el Centro es Cristo, no yo

La conversión de los buenos, esa de si eres católico ir a confesarte con tu lista, rezar penitencia y vuelta a empezar, no me refiero a repetir las mismas culpas, me refiero a seguir con la misma vida, a que no se vea el cambio por ningún lado, porque conversión es cambio

A que lo que nos duela es no ser perfectos y haber caído en el pecado, y, no nuestra infidelidad con él

A pensar que porque me he confesado, he pedido perdón ya soy santo, ya tengo el perdón del cura, el cura no tiene que perdonarme nada, sino le hice nada, el perdón que me da, me lo da en el nombre de Dios

La conversión  que es hasta un poco carnaval de esas penitencias que el mundo ve. No esa no, la de verdad, la de no vivir para uno, sino para Dios lo que lleva a cambiar muchas cosas también en el terreno espiritual
A  saber que el centro de mi vida, no soy yo, es Cristo, que no me salva la penitencia, ni la ley, me salva Él con su muerte y resurrección, y, me salva precisamente si acepto su salvación, obedeciendo al Padre, es decir guardando en primer lugar los mandamientos, con Él y, por Él, si lo confieso de palabra y de obra, viviendo las bienaventuranzas, las obras de Misericordia, y, entonces sí, la penitencia la confesión, será ir a recibir su abrazo, pero no será a tiempo fijo, será cuando el corazón lo sienta, porque también es sacrilegio profanar la confesión, y, no, nos acusaremos de tonterías, sino que pediremos a Dios perdón de lo que de verdad le importa, y, si en apariencia no hemos quebrantado La Ley pero sabemos que sí, y, sabemos que el cura, no, nos va entender pediremos perdón a Dios en su Iglesia, con su Iglesia y, por su Iglesia, con acusación si vamos a la confesión más general, por ejemplo no amo lo suficiente a Dios

No, nos dolerá  tanto el mentir, como él que los demás piensen que la religión cristiana es de mentirosos, que los que  no creen en Jesús no crean por nuestra culpa

Esa es la verdadera conversión, no la de los buenos
Pero como somos buenos, es decir malos pronto volvemos a la de yo me acuso, y reacuso y sigo igual, y, tenemos que volver, porque la conversión dura toda la vida