La conversión de los buenos. No, la conversión de pasar de vivir para uno, a vivir para Dios,
Saber que el Centro es Cristo, no yo
La conversión de los buenos, esa de si eres católico ir a
confesarte con tu lista, rezar penitencia y vuelta a empezar, no me refiero a
repetir las mismas culpas, me refiero a seguir con la misma vida, a que no se
vea el cambio por ningún lado, porque conversión es cambio
A que lo que nos duela es no ser perfectos y haber caído en
el pecado, y, no nuestra infidelidad con él
A pensar que porque me he confesado, he pedido perdón ya soy
santo, ya tengo el perdón del cura, el cura no tiene que perdonarme nada, sino
le hice nada, el perdón que me da, me lo da en el nombre de Dios
La conversión que es
hasta un poco carnaval de esas penitencias que el mundo ve. No esa no, la de
verdad, la de no vivir para uno, sino para Dios lo que lleva a cambiar muchas
cosas también en el terreno espiritual
A saber que el centro
de mi vida, no soy yo, es Cristo, que no me salva la penitencia, ni la ley, me
salva Él con su muerte y resurrección, y, me salva precisamente si acepto su
salvación, obedeciendo al Padre, es decir guardando en primer lugar los
mandamientos, con Él y, por Él, si lo confieso de palabra y de obra, viviendo
las bienaventuranzas, las obras de Misericordia, y, entonces sí, la penitencia
la confesión, será ir a recibir su abrazo, pero no será a tiempo fijo, será
cuando el corazón lo sienta, porque también es sacrilegio profanar la
confesión, y, no, nos acusaremos de tonterías, sino que pediremos a Dios perdón
de lo que de verdad le importa, y, si en apariencia no hemos quebrantado La Ley
pero sabemos que sí, y, sabemos que el cura, no, nos va entender pediremos
perdón a Dios en su Iglesia, con su Iglesia y, por su Iglesia, con acusación si
vamos a la confesión más general, por ejemplo no amo lo suficiente a Dios
No, nos dolerá tanto
el mentir, como él que los demás piensen que la religión cristiana es de
mentirosos, que los que no creen en
Jesús no crean por nuestra culpa
Esa es la verdadera conversión, no la de los buenos
Pero como somos buenos, es decir malos pronto volvemos a la
de yo me acuso, y reacuso y sigo igual, y, tenemos que volver, porque la
conversión dura toda la vida