miércoles, 6 de marzo de 2019

Carta del diablo a José Maria Castillo





Carta del diablo a José Maria Castillo


Mi muy odiado amigo: Me dirijo a usted para darle mis demoniacas  gracias, que poco me gusta a esta palabra, y, es porque el Otro, El Enemigo se apoderó de ella. Como lo odio.

Por cierto dentro de un tiempo, ya le indicaré cuando deberá usted decir que El Enemigo, El Otro es también un mito, una forma de llamar al Bien, aunque bueno, eso es muy relativo, ya sabe todo es relativo, mi odiado amigo

Porque lo que yo que no existo aconsejo e incito hacer es muchas veces “agradable y bueno” aunque lo llamen pecado, y, aunque se lleve a otros por delante

Ya sabe no hay negros y grises todo es del color del cristal con que se mira, cristal que casi siempre apañamos yo y mis ángeles, pero no hay de que asustarse pues no existimos, somos un mito

Por eso, todo eso que su especie humana esa maldita especie que nos sacó el puesto hizo y hace, los crímenes de Hitler, de Stalin, de Maduro en Venezuela, las ejecuciones, las torturas, la trata de personas, la esclavitud, los abortos, las eutanasias, la pederastia dentro y fuera de La Iglesia, nada de eso, ha sido instigado por nosotros los demonios, porque no existimos, todo eso ha sido y es producto de la mente humana que es perversa, mala, y, por ello como va pedir perdón rectificar, si actúo sin que nadie lo instigase a ello, sin ser tentado, en una libertad que sólo se nos otorgaba a los ángeles, que no existimos, como usted mi odiado amigo, ha dicho. Por eso, ese Libraco del Enemigo, aunque en realidad son muchos Libracos en Uno, El Enemigo le tendió la mano a la especie humana, no a nosotros los ángeles caídos, el motivo que los humanos habíais sido engañados, seducidos por nosotros, alguna maldad si se os ocurre, pues os dejamos heridos, pero que va, son todas vuestras, nosotros los Demonios no existimos, por eso no podéis pedir perdón, ni rezar para que, si la tentación viene solo de vosotros, al psiquiatra

Ay mi odiado amigo, que agradecido le estoy, prometo pagárselo, por lo de pronto, haré sus libros los compren todos los que en cierto modo, odian a La Iglesia, y, al Enemigo, que lo llamen a programas de tv donde podrá seguir haciendo su buena obra, mejor dicho su mala obra de convencer a todos los tontos, de que no existimos, para así poder actuar nosotros mejor, y, llevar a los que han hecho lo que el Enemigo llama el Mal, como obra solo de su corazón podrido, y, desesperen

Ahora sólo hace falta que poco a poco,  vaya diciendo que es lo mismo creer en el Enemigo, usted mi odiado amigo le llama Dios, pero a mi me molesta la palabra, es mi Enemigo y así le llamo, pues bien sólo hace falta que vaya diciendo que da igual creer o no, que lo que cuenta es ayudar a los demás, para un poco más adelante desvelarles que el Otro, tampoco existe que es una forma de llamar a lo que consideran ustedes mis odiados humanos El Bien

Ah si en algún momento El Otro le reprende y le entran ganas de pedir perdón, de rectificar de decir que fue un cobarde que yo El Demonio lo induje a decir que no existo que soy un mito. No lo haga mi odiado amigo, recuerde yo no existo, negar mi existencia ha sido obra suya

Nos vemos en el infierno, si como siempre El Enemigo no lo impide, que le encanta estropear mi trabajo, y, salvar lo llama Él, a los que yo con tanto esfuerzo diabólico había conseguido.
Vaya me olvidaba de que no existo
Pues tampoco El Enemigo

De hecho en el mundo hay hoy más pruebas de mi existencia
Le deseo una vida alejada en todo del Enemigo, con él que nunca tendrá éxito

El Diablo que lo odia, porque es lo que sabe hacer

Firmado Satanás