martes, 8 de marzo de 2022

Santiago aquel dia


Santiago, mejor dicho, Jacobo aquel día
En la celda donde esperaba su ejecución ordenada por Herodes, Jacobo hijo de Salome, (hermana de María), y, de Zebedeo reflexiona en su vida
No tiene miedo, y, se siente en paz, eso que el Rabí, el Señor les llamaba a él y a Juan, “ Boanerges, es decir hijos del trueno”
La verdad no había pasado demasiado tiempo desde aquel día, que fue el inició de su cambio de vida, cambio de vida, que motivaría el cambio de otros
Tanto él como su hermano, eran discípulos de Juan el del Jordán el hijo de Zacarías, un hombre que no se parecía nada a Jesús, y, eso que eran parientes
Aquel día, Jesús se había presentado para ser bautizado, cosa que Juan había hecho a la fuerza, después los había mirado a ellos, a Jacobo y a su hermano, y, les había dicho. 
“Ese es el Cordero de Dios que saca el pecado del mundo”. Como buen judío, conocían la figura del Cordero, el Córdero pascual, cuya sangre, recordaba la liberación de la esclavitud de Egipto, aunque ahora fuesen esclavos de Roma, el Córdero que cada año, el Sumo Sacerdote, ofrecía a -Dios por sus pecados y los del Pueblo, y, el Córdero de la expiación, sobre él que todos echaban sus pecados, y, luego lo echaban al campo a su suerte. Eso sin olvidar, aquel Cordero al que hacía referencia Isaías, que hablaba de un hombre inocente que cargaba con las culpas de todos, y, se dejaba matar, como un córdero inocente. 
Nunca lo entendió mucho, porque decía cosas incoherentes, decía que lo mataban, lo enterraban e igualaban con los impíos, pero su muerte salvaba al Pueblo, pero eso no era lo peor, lo más incongruente es que decía. Que heredaría la tierra, se le daría una gran multitud. Pero como se le iba dar, si estaba muerto. No entendía nada, claro que no le preocupaba, era pescador
Al escuchar a Juan su maestro, tanto él como Juan su hermano, se sintieron movidos a seguir a Jesús, iban detrás de él, como dos perrillos o dos gatitos que buscan amo.
Jesús se volvió de pronto, casi no podía contener la risa, los miró y medio serio les dijo
Qué buscáis
No supieron porque, pero habían respondido, los dos casi a coro. 
¿Rabí, dónde vives?
La pregunta no se refería solo al lugar físico, preguntar a un judío piadoso, dónde vivía, era preguntarle, como encauzaba su vida en fidelidad a Dios y por ello a la Thora
Cualquier otro rabí, u hombre piadoso, les habría soltado, el rollo de todo lo bueno que hacía, y, lo guapo que era. Jesús no, Jesús nunca se alababa, él mostraba obras, así que su respuesta fue
Pues si queréis ver dónde vivo, seguidme
Sintieron un pequeño impulso de decir, no gracias, pero fue como si un Viento fuerte los empujase, y, aceptaron, se quedaron con él todo el día, y ya no podían dejar de pensar en él.  No tenían duda, tenía que ser el Mesías
Luego fue aquel asunto de la pesca, en la que colaboraron con Simón y Andrés; desde entonces ya no se separaron nunca, bueno, él había sido un cobarde, su hermano también si no fuese por María, hay María era como la continuación de Jesús, y, una madre para todos, ella siempre pendiente de su Hijo, y de que los amigos de su Hijo, no perdiesen su amistad, estuviesen con él
Habían pasado muchas cosas. Y, ahora esperaba la muerte, no la muerte no, esperaba entrar en posesión de La Vida, ahora iba a tomar parte del Reino de su Maestro y Señor. 
Desde que Jesús resucitó, el miedo a la muerte se había esfumado.
Y, todo había empezado aquel día, en que él y su hermano, lo siguieron al principio, por mera curiosidad. 
Solo Dios sabe que habría pasado, si no lo hubieran hecho
Pero bendito sea Dios que los había empujado hacía su Ungido. Porque ahora sí sabía que El Viento que los había empujado hacia Él, era la Ruha divina, él que como Fuego había bajado sobre todos, solo cincuenta días después de que Dios levantase al Rabí, de la tumba.
Se abrió la puerta de la celda, el verdugo dijo
“Vamos te espera la muerte”
No hermano, me espera la vida, Dios te bendiga, rogaré por tí
El verdugo se rió, pero pocos días después del asesinato de Jacobo, pedía conocer El Camino, y, un día también él entraba en la vida.
Fin.