martes, 8 de marzo de 2022

Fueron cegados


Fueron cegados
Hace mucho tiempo; leí en una vieja revista en la consulta del “verdugo”; o sea de un dentista; un relato que llevaba por título, creo; “Fueron cegados”, del nombre del autor no me acuerdo, ni de la revista o semanario, que posiblemente ya ni exista.
Lo que sí, se grabó en mi mente, fue el contenido, y, en resumen la historia que contaba
Historia que traigo aquí, un poco ampliada, porque cuando lees un texto, ya no es solo del autor es también tuyo, así que empiezo.
“Un día un hombre que había recibido la visita de un mensajero celestial, es decir un ángel, decidió hacerle una pregunta.
¿De dónde había sacado Dios de pronto el mundo hostil, con el que se hallaron Adan y Eva, al ser expulsados; si todo lo que había creado Dios era bueno?
El ángel le respondió, el mundo seguía siendo el mismo,Adan y Eva, y lo mismo sus descendientes, no fueron echados de ningún lugar, no fueron puestos en una tierra mala, simplemente; “se les cegó, fueron cegados”
A decir verdad se cegaron ellos mismos al alejarse de Dios; no sólo al comer el fruto prohibido; para pretender ser como Dios; consejo que les había dado, él que había tenido la idea primero, y como le salió mal, buscaba y busca arrastrar en su desgracia, es decir en su falta de Gracia; pero eso no fue lo peor, lo peor fue que al verse desnudos, es decir al ver su miseria, al sentir vergüenza de sí mismos, en lugar de correr como niños pequeños hacia su padre, para que los limpie, se escondieron de Dios; que abajando sé, hacia ellos buscaba su compañía para pasear un rato; presagio ya en el Creador de la locura, que iba cometer. Hacerse hombre, hijo precisamente, hijo y hermano de aquellos que le huían, Adan y Eva, escapaban de su Creador, el virus del pecado, ya estaba haciendo su trabajo, y, siguió el hombre dijo a Dios que se escondía del porque estaba desnudo, y tenía miedo, como si Dios fuese un ser de terror, como si no hubiese hecho  Él mismo su desnúdez; decir que se tiene miedo a Dios es una blasfemia, o una gran ignorancia; y, no paró ahi, el hombre acusó entonces a la mujer, y, la mujer al hombre, y, esta a la serpiente, la serpiente calló, no por humildad del que asume lo que ha hecho, por soberbia, quién la iba instigar si ella se cree lo más grande, aunque es lo más bajo.
Por eso Dios los cegó, o mejor dicho dejó que siguieran ciegos, hasta que llegase el momento.
Por eso el hombre que trabajaba la tierra con alegría, y, que se reían cuando el sudor le corría por la frente, y, trataba con amor a los animales, pues los veía como “co criaturas” de Dios con él, sabía que cultivaba la tierra de Dios y suya, que trabajaba con Dios, los abrojos las espinas le parecían graciosas, de pronto, vió la tierra, como ajena, maldijo el tener que cultivarla, y el sudor se volvió cansancio, lo mismo fue su mirada hacia la mujer, y de la mujer hacia él, los animales al verse mirados con soberbia y por ello, atacados atacaron a su vez, y, asi hasta hoy.
El hombre preguntó al ángel. ¿ Pero entonces la Redención, no ha tenido lugar, porque seguimos igual?
El ángel respondió, sí ha tenido y tiene lugar, pues todo en Dios es puro presente, El Verbo es decir el mismo Dios en su Segunda Persona, su Hijo vino al mundo, naciendo precisamente, como descendiente de aquella pareja, y, vino como Luz y para dar Luz, pero los hombres como dice Juan, prefirieron las tinieblas, lo del principio, esconderse de Dios, para no ver lo manchados que estaban, y Dios no se impone, busca pero nunca se impone
A los que se dejaron iluminar y se dejan iluminar, aunque a veces caigan en la ceguera del pecado, les da vista, vista que aún no es en plenitud, por eso no se sienten solos, incluso cuando Dios jugando al escondite con ellos se les esconde, pero saben verlo, sentirlo, en los pobres, en los que sufren, bueno en cualquier ser humano, aman la tierra y todos los seres, porque ven ella cada día la huella del Creador, defienden la dignidad propia y la de los otros porque saben y se ven como imagen de Dios. Esta visión es contagiosa y Dios quiere que llegué un momento, en que todo el mundo, vea, como veía en el Paraíso, eso es lo que ya tienen en plenitud los que están en Dios, es decir los que ya viven en La Jerusalén celeste, el Cielo, al que por algo, llamais los humanos el Paraíso
Y, no te asustes hombre, si sientes la tentación de ver en el otro un peligro un enemigo, es que aún hay en tí, las consecuencias de la ceguera que acarreó el primer pecado, acude a la única hija de Adan, a la que Dios defendió y libró de esa culpa antes de que la mordiera, a María, por eso ella supo siempre que hacer, porque no estaba cegada, se veía y veía los demás como eran, hijos e imagen de Dios.
Fin