martes, 22 de marzo de 2022

La impecabilidad de Jesús


La impecabilidad de Jesús
Jesús es un ser humano, perfecto ser humano es decir no es un dios disfrazado, es realmente un hombre.
Jesús es Dios, perfecto Dios, en Jesús se juntan pero no se amalgaman las dos naturalezas, aunque las dos concluyan en la Persona de Jesús
Que Jesús no tuvo pecado, es una verdad central de nuestra Fe, es igual a nosotros en todo menos en el pecado
Pero si Jesús es nuestro modelo, su impecabilidad humana, no puede ser algo, que tenía que ser, vamos que Jesús ni queriendo podía pecar
Porque ese Jesús, no sería entonces realmente un hombre, estaría privado de la libertad, no podría ser nuestro modelo
Si yo voy a jugar a un casino, en medio minuto estaría en la ruina, sin esfuerzo alguno; si va Amancio Ortega, no, pero si quiere también puede arruinarse
Jesús como hombre fue tentado en todo, lo dice La Escritura, es decir el Espíritu Santo, no solo en las que conocemos del Monte de la cuarentena, sino por medio de Pedro cuando le sugirió alejarse de La Cruz, cuando lo quisieron hacer rey, por eso huyó, en el Huerto, en La Cruz
Jesús venció la tentación siempre, porque conocía a Dios, estaba lleno del Amor de Dios, Amor que se derrama en nosotros, por eso para Jesús lo primero era su Papá, su Abba, ni reinos, ni reinado de  Israel, ni evitar la Cruz, nada quería que no quisiera su Padre Dios, Jesús optaba siempre con plena consciencia por Dios por el Padre, aunque no lo entendiesen, aunque lo llevase a La Cruz, que lo llevó
Y, para eso Jesús el ser humano Jesús, se agarraba fuerte al Padre, a sí mismo en cuanto el Verbo, y a la Ruha divina que lo conducía en su actuar humano, se agarraba por la oración íntima personal y comunitaria, huyendo cuando había que huír, no dialogando con el tentador, con La Escritura, mandando al diablo a paseo, por eso el pecado no pudo ni rozarlo, se echó encima los nuestros
Por eso por vivir con Dios y para Dios Jesús, el ser humano Jesús es impecable, está absolutamente libre de pecado, y es propiciación por los nuestros, y, es causa de la impecabilidad libre de su Madre y creo que también de su padre terreno.
A Jesús nuestro modelo ser fiel a Dios le costó, le costó tanto que le costó morir en La Cruz.