sábado, 9 de abril de 2022

Tres viejas profesoras


Tres viejas profesoras.
Son muchos los profesores que tuve en la vida, desde la infancia, y, todos queriendo, y, no queriendo han dejado una huella, que a la luz del Evangelio, he procurado ignoro si lo he conseguido que me sirva de crecimiento espiritual
La primera fue mi maestra de infancia, tuve con ella una relación de amistad, pasados los años, era una mujer sencilla de una fe fuerte, pero no formada no por su culpa, por culpa de algunos curas con los que le tocó lidiar
Ella me preparo a la primera comunión, es decir fue una de las sembradora de la semilla de la fe, como la inmensa mayoría de los españoles de su época era afín al Jefe del Estado, es decir a Franco
Recién instaurada la democracia, me había encontrado con ella, en la plaza de María Pita, mi ciudad, cuando se formó una manifestación pacífica, no recuerdo que pedían, o por lo que protestaban, el caso es que apareció la policía militar y empezó a golpear a los manifestantes, yo estaba horrorizada, ella no, me invitó a entrar en un café cercano, para estar protegidos, y, dijo que la culpa era nuestra por estar allí. Lo veía normal, veía normal que se golpease a unas personas por decir lo que pensaban, y, no era mala persona, muy al contrario
Otro día me hablaba de como la escandalizará un sacerdote, que había llamado a la Madre de Jesús, María, así, simplemente. Y, digo yo ahora, es que se llama María
Abandonó un cine donde se estaba emitiendo una película que yo vi más tarde en tv y sí tienes 1 año la puedes ver; pero ella la veía ofensiva, espero fuera a sus amigos, eso para mí, es un acto de valentía, que para mí quisiera
Tenía amigos acatólicos, pero lo que pudiera ser una vivencia ecuménica de la amistad no lo era, hablaban del tiempo, un día y aquí va lo de los curas que le tocaron en suerte; le comentó al sacerdote que "la guiaba", una cuestión que una persona había sacado en una conversación sobre un tema de la fe, la respuesta del sacerdote fue; " ellos estudian para tener argumentos con que atacarnos, así que  te van a poder, cuando sea así, cambia de asunto" Era la época de "Doctores tiene la Iglesia"; con lo fácil que hubiera sido, que le diese libros que leer, que le mandase formar su fe. Que distinto  aquel, aquellos sacerdotes del padre Jorge Loring, que en su libro "para salvarte ellas"; decía, "los enemigos de la fe, estudian para atacarla, estudia tú para defenderla"
Qué aprendí de ella, que hay que ser fiel a Jesús, el amor a Santa María, y a San José, el resto de los santos, el servicio, "yo, trato con los señores de la casa, no con los críados", decía riendo, cuando le hablaban de la novena a algún santo.
A no negar las ideas cuando cambian los vientos
A no hacer distinción de clases
Y, a formar mi fe, a no hacer caso a los curas, que dicen tonterías.
Ya está espero por la misericordia de Dios en el Cielo, por eso ruego por ella, por si aún estuviera poniéndose guapa en el Purgatorio, que era muy coqueta.
La segunda profesora no sé como se llamaba, fue mi profesora de francés en el Instituto de Monforte, buena profesora, no buena persona, mi francés sus rudimentos se forjaron con ella, que nos hacía rezar al empezar la clase en francés.
Yo que sacaba unas notas horribles en casí todo, en los examenes que ella nos hacía, sacaba, notables, sobresalientes, sin embargo, un día cuando la jefa de estudios dio las notas, me regaño, porque tenían un 2 en francés, lo que hoy sería un "muy deficiente", una amiga salió en mi defensa, diciendo que había sacado un 7, es decir un notable, entonces la jefa de estudios, la llamó y ella con su superioridad dijo, que sí, que era cierto, mi nota era un notable, pero como las demás asignaturas en su mayoría eran suspensos, me había dado el 2, para que me animase más en el estudio; no son literales pero más  o menos.
Yo, lloraba, como decía en casa, que en realidad tenía un notable
Qué me enseñó aquella profesora, que las personas que rezan cuando no viene a cuento, y empezar la clase de francés rezando en francés no tiene sentido, que aquellas oraciones, solo eran ejercicios del idioma, que hay que tener cuidado con la piedad excesiva, con los beatos, que hay personas que parecen buenas porque "rezan mucho para que los vean", y son injustos y malos.
Aunque parezca mentira, no la recuerdo con rabia, y, le pido a Dios la tenga en el Cielo
La Tercera, se llamaba Conchita, es decir Concepción, la llamabamos, "La Popea", fue la profesora de Religión en el bachiller que hice en la Academía de D. Manuel, "un ateo santo", en La Coruña, mi tierra
Con ella aprendí lo que era ser cristiano, que Jesús no era para las ocasiones, sino para siempre, que La Biblia, no era un lastre, mi fe maduro con ella
Recuerdo entre otras muchas cosas, pues hablabamos con ella de todo. Que un día, nos pregunto, si esperabamos aprobar la asignatura de religión, respondimos que sí.
Y, nos volvió a formular la pregunta, entonces fuimos diciendo que en junio, o en septiembre, o en la convocatoria extraordinaria de febrero
Ella se río, y, nos dijo, eso no importa, no os pregunto eso, si pensais aprobar cuándo os examine Jesús, porque el examen de religión que importa, no es el del bachiller, es el de la vida, cuando Jesús os felicite, él es lo que quiere, porque habéis vivido como él quiere, por llevar el Evangelio a la vida, la religión cristiana no es una asignatura, es vivir la vida de Cristo
Aquello fue para mí un aldabonazo, no era ella la que me hablaba, Jesús me hablaba por ella
Otro día, nos pidió orar por un muchacho que estaba muriendo de un cancer de garganta, para que aceptase lo visitase un sacerdote, todos juntos orando como Iglesia que somos lo conseguiremos,  y lo conseguimos
De ella aprendí que ser cristiano, era cosa de 24 horas, hizo avivar y despertar mi fe adolescente. Falleció hace años, estoy segura que como Jesús es bueno, le habrá aprobado el examen, pero por si, esta en recuperación, rezó por ella.
Y, otro día le tocará a los profesores
Descansen en paz mis tres viejas profesoras