jueves, 28 de abril de 2022

María nos enseña a confiar en el Padre


María nos enseña a confiar en el Padre y servir a los pequeños. María nos enseña en La Escritura, a dos cosas que van unidas
La primera es a confíar en Dios a confíar en el Padre, por absurdo que parezca lo que propone, aunque parezca que los hechos lo desmienten, pero hacerlo sopesando en la oración ante él
María una vez se asegura, por el diálogo con el Arcángel, con Gabriel que la propuesta de ser madre viene de Dios, se pone a su entera disposición, no como quien hace un favor, sino reconociendo su plena y total pertenencia a Dios, y, no discute de como va ser madre sin tener relaciones íntimas, ella sabe que Dios es Omnipotente si el hombre no se pone a estorbar usando mal su libertad, ella no lo hace
Y, es Madre del Mesías, pero se le había dicho que el Hijo sería grande..., y, pronto tiene que exiliarse, María sigue creyendo reflexionando en su corazón.  Cuando el Hijo empieza su apostolado, los que lo llaman hijo de Dios son los demonios, los endemoniados, “la gente de bien, los puros, los buenos, la gente religiosa”, lo llaman blasfemo, endemoniado, y, los más comprensivos lo llaman loco”
María no se revela, no deja de creer, sabe o intuye que Dios tiene sus tiempos
Llega un día en que ve al Hijo morir como un maldito en La Cruz, y, ella está al pie de la misma, sin una protesta, ella confía que el Padre levantará al Hijo de la muerte, que lo sentará en su trono
María nos enseña a confiar en Dios en el Padre siempre, dice La Biblia aunque se descuajaringuen los montes y tiemble la tierra, a La Virgen Madre, se le descuajaringo el corazón, se estremecieron sus entrañas de Madre, pero  se retractó de su Fiat, y al final el Hijo a la Derecha del Padre y Ella como Reina muy cerca de medianera con el Mediador que es el fruto de sus entrañas
Por lo tanto lo primero es confíar siempre en Dios, pasé lo que pasé y para ello como María hay que ser personas de oración, no de rezo, de oración
Lo segundo que nos enseña, es a servir a los humildes a los demás a los que precisan algo de nosotros, sin alharacas
Cuando sabe que Isabel está embarazada va verla, y se queda con ella 3 meses, justo lo que faltaba para que diera á luz; no  va para comprobar si está Isabel embarazada, porque hay cosa que se creen o no, y, ella creyó al Arcángel, sino no habría ido, y de haber ido, se hubiera vuelto al llegar, no María fue ayudar
En Cana, consigue que Jesús con su milagro pre adelante La Pascua y su boda eterna con La Iglesia, pero hay más los discípulos de Jesús creen en él al ver el signo, Dios por medio del mayordomo, garantiza que El Vino excelente es él que se da al final, el Vino que será la Sangre de Jesús, El Vino de la boda del Cordero, y aquellos novios e invitados disfrutan de un vino, que se había acabado, y María lo hace discretamente, sin revelar quién es sólo dando una sugerencia a su Hijo, y, diciendo a los sirvientes que hagan, lo que él diga
Y en La Cruz acepta hacerse cargo del discípulo amado, es decir de cada uno, para educar y cuidar como hizo con Jesús
Y, cuando Jesús asciende al Padre, se une a todos en el Cenáculo, para que no se vuelvan a desmandar, para allí todos juntos con Pedro, el primer Papa, que pronto dará su primera Audiencia pública a la ciudad y al mundo, allí María, ora con ellos, reza con ellos, para que venga el Don de lo alto, confiando en Dios amando, sirviendo, el día en que el Espíritu Santo la vuelve hacer Madre, un parto de más de 3.000 hijos como mínimo.
María no vive para sí, vive para Dios y para los demás, sobre todo los pequeños, esto y otras cosas son las enseñanzas de nuestra madre.