Meditación extra candelaria, Abraham su sacrificio, Siméon, Ana la profetisa, María, José, Jesús. Reflexión cuasi personal
En la fiesta de La Candelaria o Presentación de Jesús, confluyen muchas enseñanzas.
Jesús llevado por sus padres, en especial por María, recuerda a los corderos que se llevaban al Templo para ser ofrecidos a Dios.
Así en primer lugar, está el pensamiento hacia el Sacrificio interrumpido de Abraham, y, el de Jesús y María.
Abraham “recibe” de Dios la orden de que le ofrezca en holocausto, a su hijo, al hijo que Dios le ha dado de forma extraordinaria; el hijo que nació contra las leyes de la naturaleza, su único hijo, pues ya no tiene a Ismael. Dios le había prometido a Abraham que lo haría padre de pueblos, pero si muere el hijo, de dónde van venir los pueblos, parece que Dios, “engaño” a Abraham, sin embargo; Abraham no desconfía del Señor; él sabe que antes que a él Isaac pertenece a Dios que lo llamó a la vida, que Dios puede tomar la vida de Isaac, y la de Abraham cuando quiera; Abraham entiende que Dios solo esta pidiendo lo suyo, pero al mismo tiempo, lo que es más de Abraham, y, Abraham no vacila, se pone en marcha hacia el monte Moriah, y, cuando el hijo le pregunta por el cordero, le responde, “Que Dios se proveerá de víctima”; Dios detiene el Sacrificio, Dios no quiere sacrificios humanos, y Dios bendice a Abraham, le promete que todos serán benditos en la descendencia, o en Uno, dicen algunas traducciones que nacerá de tí; esa descendencia o ese Uno, nos dirá Pablo que es Cristo Jesús, pero antes de Jesús hombre está María
Y, ahora viene la comparación entre Abraham y María
A María Dios le había dicho, que su hijo sería grande, sería llamado Hijo del Altísimo, que Dios le daría el trono de David su Padre, y, que reinaría sobre la Casa de David, para siempre
Y, María que aceptó libremente la maternidad del Mesías, se encuentra con que tiene que parir en una cuadra, luego cuando va cumplir con las leyes judaicas, al presentar al bebé Jesús, un hombre que estaba allí, tras proclamar al Niño, como Luz de los gentiles, y, Orgullo de Israel, le anuncia que el Niño será una bandera discutida... y que su corazón de madre, será traspasado por una espada de dolor
María la joven Mamá María, presiente ya tambores de persecución y muerte, lo que dice Simeón contradice, en apariencia lo dicho por Dios por medio del Árcangel en la Anunciación.
Sin embargo María, no dice, no de eso nada, y, le sugiere a José, marcharse por ejemplo a Roma o Grecia, y, criar el niño como uno más.
No, y luego tras la visita de los Magos, vendrá la huída a Egipto, y, María no se preguntará, dónde está lo dicho por Gabriel, y, vendrá el retorno de Egipto, la vida pública, donde los únicos que llaman hijo del Altísimo a su hijo, son los endemoniados, y antes justo cuando está vida está comenzando, ella en Cana, le dará el pistoletazo de salida, y, cuando al final su pueblo, más que el pueblo las autoridades religiosas, y, la gente de bien, de Templo, los piadosos, aunque no todos, lo condenen a muerte de Cruz, la peor muerte, porque “maldito quien pende del madero”Levitico, y, los suyos salvo un chiquillo, y las mujeres lo abandonen, y, lo vea desnudo como lo parió pero hecho un guiñapo, “tan desfigurado que no parecía humano”, y, un gobernante idolatra y cobarde, cuelgue sobre la cruz, el título. “ Este es Jesús de Nazareth el rey de los judíos”
María no increpa ni se queja a Dios, no anima al hijo a tirarse de La Cruz; no intenta ni siquiera con ruegos impedir lo crucifiquen, no es que esté de acuerdo, ni de que como decía un santo brutote, “ella misma si fuera necesario habría clavado los clavos”; no María es Madre, y, si pudiera haría lo contrario, pero acepta la decisión del Padre, sin entender nada, acepta que el Hijo sea muerto en Cruz, ningún Ángel, nadie detiene el Sacrificio.
Cuando María a los 40 días de nacer Jesús, lo lleva al Templo, independientemente de que fuera consciente o no; logicamente no podía serlo, esta actuando como sacerdote, como “supra sacerdote”, lleva la víctima que es el bebé Jesús, y, lo ofrece a Dios, como Abraham María sabe que Jesús pertenece totalmente a Dios, aquí la fe de María supera a la de Abraham, pero es sustentada y alimentada por esta.
Dios da a Abraham una multitud de hijos por su obediencia y fidelidad, pero a María la hace por su obediencia y fidelidad que supera la de Abraham la hace madre de todos los redimidos por Cristo su Hijo
El siguiente personaje es Simeón, de Simeón dice Lucas, que era justo temeroso de Dios, que esperaba el consuelo de Israel, que el Espíritu Santo, estaba en él, y, le había prometido, que no vería la muerte, antes de la llegada del Mesías, y, que movido por el Espíritu Santo, había ido al Templo.
Simeón no conoce no cree en la Trinidad, no cree en el Espíritu Santo, como una Persona divina, cree en el Espíritu Santo del Dios de Israel, sin embargo el Espíritu Santo, está en él, esto indica que este hombre ha sido santificado, purificado por él que va conocer dentro de poco, pues de lo contrario, el Espíritu Santo, no podría estar en él, que lo guía, y, esto recuerda que hay personas que sin saberlo ellas, están habitadas por Dios, que el Espíritu Santo está en ellas y las guía, y, las conducirá hacia La Iglesia
Simeón al ver al bebé Jesús lo toma en brazos, da gracias a Dios por haber envíado al Salvador, dice que ya puede morir en paz, y, proclama a Jesús, Luz de los gentiles, y, gloria y orgullo de Israel. San Pablo dirá que nadie puede decir Jesús es Señor si no tiene el Espíritu Santo, Simeón está hablando como un profeta, esta siendo vehiculo para que el Espirítu Santo, hablé por él
Jesús es la Luz que nos va sacar a los gentiles de las tinieblas de la idolatría, y, es orgullo y gloria de Israel aunque no todo Israel lo sepa todavía
Simeón pone a Jesús como Salvador; y dice a Dios que ya no le importa morir, no le importa morir porque ha visto al Salvador, porque una vez que se conoce a Jesús, la muerte ya es una tontería, un sueño corto
Simeón pudo limitarse a felicitar a María y José, por el bebecito, pero no lo hace, anuncia a la joven mamá, que su vida va ser dura, porque Jesús sera, causa de caída y levantamiento; bandera discutida, y, si lo es Jesús lo debemos de ser todos los cristianos, malo el cristiano al que todos aplauden,
Ana, este personaje es un personaje “parabolico”, posiblemente estuviese allí una señora mayor, que iba rezar al Templo, al atrio, porque dentro solo podían entrar los sacerdotes, y, le diría unas monerías al bebé, felicitaría a los papás
Sin embargo Lucas, o el Espíritu Santo, la “elevan”, y, esta mujer se transforma en símbolo
Dice el relato, que se llamaba Ana, Ana era también el nombre de la madre de Samuel, lo mismo que está haciendo María, Ana había entregado a su hijo a Dios.
Dice que era hija de Fanuel, de la tribu de Aser, Aser era una de las tribus que se habían perdido, se habían mezclado con los gentiles, y, se habían volatizado, ahora está aquí, esta tribu perdida en esta anciana, porque Jesús el bebé que está ahora en brazos de José, viene a buscar lo perdido, empezando por las ovejas perdidas de Israel
Dice el texto sagrado que tenía 84 años, que había vivido 7 años casada en su juventud, luego viuda hasta los 84, y, que no se apartaba del Templo con ayunos y oraciones
84 es múltiplo de 7, el 7 indica plenitud, algo lleno, vivió 7 años casada en su juventud, Dios es el Esposo de Israel, esos 7 años evocan el tiempo en que Israel era fiel a Dios, evocan cuando no había tribus perdidas
Pero luego vino, “ la viudez”, porque se “quedo sin el Esposo”, pero en esa “víudez”, ora implora, suenan en su corazón las palabras de Isaías, “El que te creó se desposa contigo”
Ana es también el pueblo fiel que ora y pide la venida del Mesías
Ahora Ana, se encuentra con su “Esposo” ya no es viuda, ya no está perdida, con Jesús no hay nadie perdido
Lucas dice que estuvo viuda hasta los 84, pero no dice que edad tiene entonces; no le importa contar la edad de aquella señora, Ana ya no tiene 84 años, porque en Cristo aquel bebé ha sido renacida, rejuvenecida, tampoco es ya viuda, porque su Esposo no estaba muerto, está ahi, en el bebé Jesús
Ana es el Israel creyente, plenamente creyente él que acepta y reconoce a Jesús como el Mesías, el entro es “la viuda”
Por eso dice que habla a todos los que esperaban la Venida, la restauración de Israel, del Niño, pero no dice ninguna palabra suya, y, es que no las hay, o si las hay
Porque es La Iglesia Madre de Jerusalén, que es ahora La Iglesia de Roma, son todos los creyentes judeo cristianos, que juntos proclamamos que aquel Bebé es el Salvador del mundo.
José. José es el padre de Jesús, no lo engendró pero es su padre, porque ha nacido de María que es su esposa, y, no nacio, y, no hubo padre humano, José al ser su primer hijo, debe ofrecerlo y rescatarlo como manda la religión judía; es evidente que sin dar escándalo, y, ponerse en peligro hasta cierto punto, tenía que cumplir la ley, sin embargo eran gente corriente, pobre, así que bastaría ir a otra ciudad, vamos que se lo hubiera podido saltar, al fin y al cabo, pudo decirse, “ si no soy el padre físico, para que lo voy a ofrecer y rescatar, que 5 siclos no se ganan en un mínuto”, pero no lo hace, porque José, es el modelo de obediencia a Dios, de él aprenderá Jesús
José que es el esposo y el padre, escucha como Simeón se dirige a María, y no a él, aunque hablase del futuro, y, de un futuro en él que José ya no estuviese, lo correcto lo educado, habría sido, que se dirigiese a él, aun siendo relativo a María, a José no le molesta, hay una cosa que pone a María por encima, y, que solo saben ellos dos, ella es consanguínea de Jesús, él no. Un día Juan Bautista, dirá que es preciso que él Juan mengüe y Jesús crezca, José lo vive ahora es preciso que él sea una figura escondida y que la madre destaque. Estoy segura de que cuando ya mayor el Bebé Jesús diga, hablando del primito Juan, “ No ha nacido de mujer otro más grande que Juan el Bautista, pero el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él”, Jesús al decir, “El más pequeño”, pensaba en su papá José
Jesús, Jesús en su presentación es un bebito indefenso, que está donde lo llevan, la Encarnación es real, no un disfraz, El Verbo se encarna de verdad,, y asume todo menos el pecado. Así que Jesús tiene 40 días, y, es un niño de 40 días, esta allí porque lo llevaron
Jesús esta ensayando, el Verbo esta ensayando, para su Sacrificio perpetuo que es La Eucaristía, está ensayado para que cuando en el Pan y el Vino eucaristico sea llevado, sea encerrado en el Sagrario, actualice por el sacerdote que es el mismo, el sacerdote actúa en su Nombre, “ in person Crhisti”, en la persona de Cristo, cuando actualice la entrega total al Padre que culmina en el Calvario, cruza los tiempos y llega al Trono de Padre
Jesús, el Verbo de Dios está ensayando, ser Hostia y Vino eucaristico.