martes, 5 de noviembre de 2019

Un Dios con D.N.I. Por D. Andrés García Vilariño, sacerdote

Un Dios con D.N.I.   Por  D. Andrés García Vilariño, sacerdote

Dios sin D.N.I.
Cuatro anécdotas sintomáticas
Con frecuencia tengo que responder, a preguntas de los visitantes de La iglesia de Santiago en La Ciudad Vieja, preguntas como la siguiente, cuando alguien se sorprende ante una imagen de La Virgen

¿Cómo se llama esta Virgen?

María, respondo para obligar a pensar a mi interlocutor que se ve así en la necesidad de justificar su pregunta.

Ya, ya, ya sé que es La Virgen María, ¿Pero qué nombre tiene esta imagen?

A partir de aquí la conversación continúa con la aclaración de la diferencia entre la realidad y la imagen.

Segunda anécdota
Frente a la representación de San Miguel, aplastando al demonio, y, batallando con una espada, una persona pregunta
¿Qué santo es, ese?
Es la imagen del Arcángel San Miguel
No, esa no, la del que esta derrumbado, vencido, debajo del
Esa es la imagen del demonio
¡Del demonio! Ay condenado, que padrenuestro me birlo (en gallego me lambeu)
Tercera anécdota
En el despacho de una céntrica parroquia de nuestra ciudad (La Coruña). Una persona le pide al párroco la aplicación de una Misa.
Anóteme una Misa al Santísimo de Lugo
Sorprendido el cura matiza
Al Santísimo Sacramento, querrá decir, imagino, El Santísimo Sacramento es el mismo en todas partes.
Ay no señor, como el Santísimo de Lugo, no le hay en ninguna parte.

Y, cuarta anécdota
En La Iglesia de Santiago, en “La Ciudad Vieja”,  hay una magnifica talla del Apóstol, semeja, ejercer su patronazgo desde el retablo
Pregunta
¿Qué tengo que hacer para darle un abrazo, al Apóstol Santiago?
Y, mi respuesta provocadora
Morir, dejar este mundo, como él
Ante semejante impertinencia, la pregunta se reformulo con más precisión.
¿Entonces no se le puede dar un abrazo, a la imagen del Apóstol?
El DNI de Dios
Las anécdotas todas reales recogidas aquí, dejan entrever una deformación, o deficiencia grave en la experiencia religiosa de muchas personas. Demasiado extendida a mi modo de ver. No es ignorancia, ni incultura en general, pues se da también, pues se da también entre personas que tuvieron la oportunidad de una cultura básica, media, e incluso superior.
Tengo constatado por otra parte el don o la gracia de personas casi analfabetas dotadas de una delicadeza y honda finura en su religiosidad.
La veneración de las imágenes, inculcada, o promovida como estímulo para la experiencia religiosa, sin la correspondiente iniciación a la fe, en lugar de favorecer la relación personal con Dios, y, con sus amigos los santos, distancian, del y de ellos. La oración, la alabanza, la gratitud sentida en el corazón, se reducen a ritos sustitutivos y alienantes. Encender una vela, tocar la imagen, pasarle un paño, visitarla en su capilla.
Entre las imágenes, la más importante y, que más deberíamos revisar, y, respetar es la imagen conceptual de Dios en nuestra mente. Ese concepto también es una imagen sustitutiva. Debemos reconocer que Dios, es Dios, y, no se ajusta reductivamente a lo que pensamos sobre Él.
Dios tiene cara humana, desde la entrada en la historia humana de Jesús de Nazaret. Tiene DNI, y, papeles en regla para emigrar al territorio de nuestro corazón. Un territorio que, para que Dios se acoja en él, necesita ser liberado de los falsos dioses, de nuestras ideas raquíticas, de los intereses materiales, y, de la pereza mental. Necesita un corazón abierto a luz nueva de su amor.  El DNI, de Dios se llama Evangelio
A. G.V
D. Andrés García Vilariño, es párroco de la iglesia de Santiago en La Coruña
Texto publicado en “Pobo de Deus”, en la diócesis de Santiago de Compostela, bajo el recuadro de “O til” el acento
Publicación original en gallego. El 29 de julio de 2018