El verdadero sacrificio es el de la voluntad
El verdadero sacrificio es el de la voluntad, es decir lo único Dios nos ha dado en exclusiva, es la voluntad, Dios nunca nos va sacar nuestra voluntad, pues nos respeta, nos hizo libres.
Pero quiere que le brindemos voluntariamente, nuestra voluntad, que nuestra voluntad, se rinda a la suya.
Y, esta entrega de la voluntad, que es lo más costoso es el mayor sacrificio que podemos hacer, cualquier otro, no es más que satisdación del propio ego.
Someter a Dios la voluntad propia, fue lo que hicieron San José, María, y, Jesús, para Jesús en cuanto hombre, su voluntad era hacer lo que su Padre Dios quería
María se presentó como una esclava a la que su Amo no tiene que dar ni rendir explicaciones
Y, José, lo vemos actuar, sin protestas
Someter la voluntad propia a Dios no es decir “toma Señor mi Voluntad”
Es observar guardar los mandamientos, las obras de misericordia, vivir las bienaventuranzas
Es seguir las mociones
Es aceptar lo que Dios permite, no usando medios ilícitos para mejorar una situación
Es saber decirse que NO, cuando el Sí a uno mismo choca con lo que sabemos que Dios quiere
Y, eso a los que nacimos con el pecado original, nos es costoso.