Jesús resucitado se esconde.
Uno, no lo encuentra cuando quiere, sino cuando Él quiere
La Magdalena, no lo encontró, no lo reconoció hasta que se paró a oír su Voz, y, le llamo Maestro. Porque sólo Él tiene la Palabra y la Enseñanza definitiva
Los de Emaús no cayeron en la cuenta, hasta que lo invitaron a su mesa
Tomás no lo reconoció, hasta que se le mostro en medio de sus compañeros, es decir “En la Iglesia”
Nadie puede decir que lo va encontrar, que ya lo ha hecho, por qué como a la Magdalena, cuando lo quieres atrapar te dice que no es momento
Y, cuando te digan, ven yo te lo muestro escapa, ya él advirtió que pasaría.
Pero atentos, porque cuando menos uno lo piensa, se presenta de improviso, aunque estén las puertas del alma cerradas.