"Tú, ceniza y polvo, ¿De qué te vanaglorias? ¿De la santidad de la vida? Pero es el espíritu el que santifica; no el tuyo, sino el de Dios." San Antonio de Padua
Cuánta razón, tiene este santo y doctor de La Iglesia, y, al que muchos sin mala voluntad han convertido casi en un ídolo, y, le han inventado “milagros”, como el de los pájaros, que es más falso que Júpiter como dios.
San Antonio de Padua, en esta frase o mensaje suyo, cuando era sólo Antonio, nombre que tomo al ingresar en la orden de los franciscanos, nos pone, seguro que primero se la decía a sí mismo. Nos pone en nuestro lugar no tenemos nada de lo que presumir.
Si alguno puede aludir a su santidad de vida, suponiendo que no mienta, el bien que hacemos no procede de nosotros, sólo de Dios, como dice Antonio de Padua. “El Espíritu es quien nos santifica, no nuestro espíritu”
Es bueno a la hora de juzgar y condenar a los demás, y, de canonizar a los amigos también.