Nuestro Dios no es el dios de los
deístas, es un Dios amante, vivo
Un Dios celoso, un Dios que busca
el hijo perdido, sin parar, un Dios que para salvarnos, se hizo de los últimos,
pues se hizo humano, y, murió en una Cruz
Un Dios cuya delicia es estar con
los cachorros de Adán, que se queda en un poco de pan, y, en un poco de vino
Un Dios con corazón
Un Dios que nos grita por el
profeta, “mira en mis manos te llevo tatuado”
El dios de los deístas, es un
ente, un ser superior, un motor inmóvil, sin sentimiento, y, nuestro Dios es
Amor
Un dios el de los deístas que se
explica por los criaturas, que es como decir que si no hubiera criaturas no
habría dios
Un dios que es otro elemento del
universo, un dios frío
Nuestro Dios es horno ardiente de
Caridad
Por eso, al dios de los deístas
se puede llegar por la razón humana, que se equivoca tanto, al Dios de Israel al Abba de Jesús,
nadie puede llegar si Él no lo busca