Mantenerse en pie, ante Dios
No es una actitud de soberbia, sino de humildad
Es estar dispuestos a escuchar su llamada, y, salir a
cumplir Su Voluntad, dispuestos a emprender la marcha, llevando al mundo la
verdad
Es ponernos en camino con Él
Es no dejar que nos derrote el mundo, que como mucho puede matarnos
Es mirar al Cielo con Fe
Es saber que para Dios somos lo más importante
Es saber que aunque estemos en pie, siempre estamos bajo su
mirada infinita, Dios siempre es “El Otro”