Elías esperaba al Señor
Esperaba su manifestación poderosa
Los profetas suelen equivocarse mucho, en lo que a Dios se
refiere
Elías lo esperaba en el terremoto, que arrancaba los montes
El huracán
Pero Dios llego en una brisa tan suave que ni se notaba
Pero Elías era humilde, y, supo “verlo”
Juan el bautista, el segundo Elías
Lo esperaba en un guerrero
En un hombre iracundo
Llego en un campesino carpintero, que además era su pariente
Juan era humilde y, lo reconoció
Los grandes de Israel
No lo esperaban, esperaban a su “enviado”, como guerrero
Llego en niño parido en una cuadra
En rabí pobre itinerante
En un crucificado
No supieron verlo, siguen esperando
Muchos hoy
Lo esperan descubrir
En el Yoga, las meditaciones orientales, y, más estupideces
Él se esconde en un poco de pan, y, un poco de Vino
Dios siempre sorprende, va a lo más humilde