Como Jesús no puedo olvidar que Dios está siempre conmigo,
aunque no lo vea, ni lo note
Jesús en su Pasión, vivió el abandono de Dios, la noche
oscura, el Padre le dio fortaleza, pero no intervino con ningún hecho
sobrenatural en favor suyo
Jesús el hombre Jesús, en lugar de desesperarse, de pensar
que todo había sido producto de su imaginación, de intentar tirarse de la cruz,
aun sabiendo que se estrellaría en el suelo y moriría, mejor que hacerlo en la
cruz, se refugió en la oración
Cuando dice, “Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado”,
está diciendo un versículo del salmo 22, en el que de forma no muy velada se
habla de su pasión, este salmo acaba en resurrección, Jesús saborea en silencio
sus palabras, que le dan ánimo, le sostienen
El salmo habla de que taladran sus manos, y, sus pies
De que reparten sus ropas, y sortean su túnica
Pero también dice
“Anunciaré tu Nombre a mis hermanos
En medio de la Asamblea te alabare
Linaje de Jacob alabadle, linaje de Israel, glorificadle
Temedle linaje de Israel”
Si anuncia su Nombre, a sus hermanos es que está vivo, y,
esos hermanos son los que lo están crucificando
Antes de morir dice al Padre que pone todo está hecho, cumplido, y, pone todo en sus
manos, le entrega su Espíritu.
Y, sin ningún milagro ni hecho portentoso, simplemente la
oración le ha hecho al Padre cercano, El Padre con Él que como Verbo es Uno
Y, tú, y, yo tampoco podemos olvidar que Dios esta con
nosotros, porque está, por duro que sea el momento que estemos pasando, y, para
eso lo mejor es la oración, el rezo en este caso, Jesús no medita, ni contempla
reza un salmo una oración vocal judía,
y, cristiana ahora también claro
Y, ahí interviene el Padre en silencio
Imitemos pues al Hermano mayor