María es la puerta cerrada, que
conduce al atrio del Santuario
En el libro del profeta Ezequiel
se lee, “Esta puerta permanecerá cerrada, nadie entrará ni saldrá por ella,
pues ha entrado por ella, El Señor”, Ezq. 44,2.
Esta Puerta es de un modo especial,
María de Nazaret, porque por Ella Dios entró en el mundo, revestido para
siempre de nuestra humanidad, por eso María es enteramente de Dios
Ella nos conduce al verdadero
santuario de Dios, que es el hombre Jesús, en quien se unen divinidad y humanidad,
sin mezclas extrañas
Ella nos acerca al Altar de Dios
que es El Cuerpo de Cristo crucificado
María es La Puerta cerrada, en la
que el Mal no tiene acceso