La Escritura
ha de ser proclamada, escuchada, leída, acogida y vivida como Palabra de Dios,
en el seno de la Tradición
apostólica, de la que no se puede separar
Y, no se
puede separar porque nació en Ella, en la Tradición primero Judía, luego
apostólica, sin olvidar el judaísmo de los Apóstoles
La Biblia,
ningún de sus libros fue dictado, ni surgió in situ
Si no que es
una recopilación de Tradiciones, de transmisiones orales, incluso tomadas de
otros pueblos, e incluso se da la circunstancia de que, como en el Génesis en
un mismo capítulo nos encontremos, 3 tradiciones separadas por miles de años
En cuanto al
Nuevo, en primer lugar, los evangelios fueron casi lo último que se escribió, y
se hizo como cartas que se mandaban de una Comunidad a otra, empezando por la
Resurrección
Mal
estaríamos si lo que en Ella figura, no fuese cierto, no fuese Palabra, hasta
que estuvo por escrito
Y, mal
estaríamos si lo que no se puso en Ella, porque el mundo no podría con los
libros, ya no fuese verdad
Porque no hay
que olvidar que la escribieron hombres
Además
acogerla dentro de la Tradición apostólica, encierra el verla, y vivirla como
esos primeros cristianos de los que todos somos herederos, y entenderla mejor,
porque era su lenguaje4