Creer con el corazón, es
entregarlo a Dios, y poner su voluntad en primer puesto
No es creer lo que dice María
Valvorta, ni en ninguna otra supuesta revelación privada recibida por la
persona que sea, aunque sea canonizada
No es creer en las apariciones marianas
No es creer que la homilía del
cura es dogma de fe, sobre todo cuando me lleva el agua al molino
Nada de eso es creer con el
corazón
Creer con el corazón es
entregarlo a Dios
Y, poner su voluntad en primer
lugar
Y, por ello creer, lo que ha
revelado y, entregó a la Iglesia como depósito revelación pública, esa cuyo
resumen es el Credo, y, eso exige formación para sacar la paja, que se cuele,
oración, y examen de conciencia pues la fe debe traducirse en la vida
Obedecer a Dios antes que a los
hombres, a cualquiera, también al amigo
que te invita a leer un libro que va contra La Iglesia, contra Dios, o ver una
película, y no vale “yo por eso no pierdo la fe”; seguramente no dejarías de
querer a tu madre, ni de pensar que lo es, si oyeses hablar mal de ella, pero
no serías muy buen hijo, si alguien editase un libro contra ello, y, lo
comprases y leyeses, o si participarás en una reunión en la que se hablará mal
de ella
Si hay un partido que se opone de
verdad al crimen del aborto, el deber de sondear si mantiene otros criterios
morales
Porque tampoco vale, si es lo
único bueno, pero si por ejemplo defiende la pena de muerte, pero se opone al
aborto si, porque las dos cosas están
mal, pero la primera es dar muerte a un inocente
Eso es creer con el corazón