En los que sufren esta el rostro
de Jesús, y en el rostro de Jesús, está el rostro de Dios
Es el mismo rostro, “lo que
hagáis a uno de mis hermanos me lo hacéis a mi”
Y, él se hizo hombre con todo lo
que conlleva empezando su vida, como un embrión en el útero de María, de no
morir en la cruz llegaría a anciano,
porque su humanidad no ha despreciado nada de lo nuestro, salvo el pecado que
fue el pegote que le pusimos nosotros
Por eso en el rostro del que
sufre, él fue la víctima más injustamente castigada, está su rostro, y, su
rostro es reflejo del rostro del Padre, ya que Hijo y Padre son iguales, al ser
el mismo Dios, no la misma Persona