María es la nubecilla por la que Dios derrama al mundo, La Lluvia salvadora que es su Hijo-
En el Segundo libro de los Reyes, se cuenta que el pueblo de Israel estaba sufriendo una gran sequía, ya llevaban más de 3 años y todo se estaba muriendo.
Elías el profeta oró a Dios pidiendo clemencia, y Dios lo escucho
Elías vio una nubecilla muy pequeña, pero supo que esa nube pronto se haría grande, y derramaría la lluvia salvadora sobre los campos y los hombres, y los animalitos, y sobre los malos también, Elías sabía que la nubecilla no era la lluvia por sí misma la nubecilla, no les afectaba, pero por ella por la nubecilla, Dios les iba dar la lluvia, sin la cual morirían todos
Los carmelitas supieron leer este signo, y por uso su patrón es el profeta Elías, nacen en el Carmelo, que es un monte de Israel, ellos supieron leer este signo y en esa nubecilla, ven a Santa María, por medio de la cual, Dios derrama sobre el mundo, La Lluvia Salvadora de La Palabra encarnada, que es su Hijo, sin él cual nadie puede salvarse
Sin la nubecilla que vio Elías, no habría lluvia, habría muerte
Sin María no tendríamos a Jesús Salvador, no habría Redención, habría muerte eterna
La nubecilla de por sí misma no era nada, no regaba, pero sin ella Dios no daría la ansiada y necesaria lluvia
María por sí misma no es nada, ella no salva, ni redime, ella misma es salvada, pero sin ella, sin su libre aceptación, Dios no, nos hubiera dado a su Hijo como Redentor
María es siempre, señal de que Jesús está cerca, y Jesús es Nuestra Lluvia
