No puedes jamás, ni se pudo nunca, si puedes,
Hay personas que con una gran ignorancia, porque hoy en día no tiene una fe formada, el que no quiere, rechazan recibir La Sagrada Eucaristía de manos de un laico, al mismo tiempo que forma absurda rechazan recibirla en la mano, como si las manos no fuesen obra de Dios, como si no fuese la lengua, el órgano vilipendiado y alabado en La Escritura, epístola de Santiago, como si no fuese este el modo de recibirla; en la mano me refiero durante los 12 primeros siglos, incluso los Padres de La Iglesia indican el modo de hacerlo. Naturalmente el fiel cristiano católico, es libre de comulgar en la mano, o directamente en la boca, siempre que una ú otra medida no ponga en peligro su vida, la del que administra la comunión, y, la de otros comulgantes, como es el caso del Covid 19, mantenerse en la cerrazón de la comunión en la boca, es una postura farisea, o de supina ignorancia, o de ambas juntas, nunca cristiana, lo mismo vale para la cerrazón a recibirla de un laico, religiosa
Por qué, como todos sabemos además de La Biblia, tenemos La Tradición Apostólica, pues bien, por la misma sabemos, que cualquier laico, puede para evitar por ejemplo que sea profanada, tomar las sagradas formas y consumirlas, y, además lo tenemos avalado al menos con una prueba, el martirio del joven San Tarsicio, Tarsicio un adolescente romano del siglo I o II, fue asesinado, al proteger La Eucaristía que llevaba a los cristianos encarcelados
Aquí hay varias cosas claras, Tarsicio no era sacerdote, y, entre los cristianos a los que llevaba El Sacramento, tampoco los había, pues de lo contrario, sólo tendría que llevarles pan y vino, ya el sacerdote o sacerdotes lo consagrarían, pero como lleva a Jesús Eucaristía, es prueba de que no los había, lógicamente Tarsicio, fue un joven ministro extraordinario, y, es evidente que los cristianos a los que llevaba a Jesús, las veces que lo hiciera, la recibieron en la mano, no es el único caso, pero llega como ejemplo
Cualquier cristiano, preparado y autorizado por el obispo, o, el párroco puede distribuir la comunión, Jesús es el mismo, sea cual sea el ministro ordinario, o extra ordinario que distribuye la comunión
Y, es cierto ni tú ni yo somos dignos de comulgar en la mano, ni de comulgar en la boca, la única persona humana, digna de comulgar sería si viviese en la tierra, María de Nazaret, fuera de ella, nadie, pero Dios nos hace dignos
Hay sin embargo una cosa, que no podemos hacer, que no se pudo nunca, y, es consagrar, los cristianos a los que Tarsicio, por seguir con él, llevaba la comunión, no podían al no ser sacerdotes, consagrar el pan y el vino, y, hacer presente a Jesús y poder comulgar, de poder hacerlo, no sería necesario que Tarsicio les llevase la comunión, por eso las palabras de la consagración pronunciadas por un laico, religiosa, o religioso, no sacerdote o un diácono sobre el pan y el vino, no es que sean sacrílegas, no es que no valen para nada, aquello sigue siendo pan y vino, el laico más santo, más lleno de gracia, no puede consagrar, el cura más impío, un cura por ejemplo pederasta, que es lo más abyecto si puede consagrar, pasa lo mismo que con absolver perdonar los pecados, sólo puede hacerlo un sacerdote.
Ponía arriba el ejemplo de La Santísima Virgen como la única persona humana, digna de recibir La Eucaristía, pues bien si viviese la Virgen en la tierra, y, viviese Judas Iscariote, suponiendo que estuviera presente cuando, Jesús instituyo La Eucaristía, Judas podría consagrar el Pan y el Vino, María no, no es sacerdote, no la escogió Jesús para eso, como tampoco podría absolver a ningún pecador
Y, esto no cambia, no va de momentos extraordinarios u ordinarios. Lo que se puede se puede
Lo que no se puede no se puede
Si eres laico, no puedes consagrar
Si eres laico no puedes perdonar pecados en nombre de Dios
lo mismo si eres religioso, o diácono
Sólo puedes consagrar y perdonar si eres sacerdote
Pero si estas en estado de gracia, sabiendo tu indignidad puedes comulgar en la mano o en la boca, cuando quieras según las normas de La Iglesia
Y, si comulgar en la boca, pone en riesgo la vida de tus hermanos, en los que esta Jesús, y, a los que te une La Comunión que por eso se llama, "Comunión", tienes del deber moral, de no comulgar en la boca, o no comulgar. Si eres diácono puedes distribuir la comunión, es una de tus funciones
Sí eres un laico cristiano o una religiosa, y, tienes la autorización del obispo o el párroco, también puedes hacerlo
Y, los que se niegan a recibirla, tienen de cristianos el baño bautismal, son unos fariseos que hacen de Jesús un ídolo, y, que ponen su "falsa sapiencia", sobre las enseñanzas de La Iglesia", la que parte de Pentecostés, atraviesa la historia, guiada por El Espíritu Santo, bajo el báculo de Pedro y los que están en comunión con él", no de lo que dijo, pensó, o soñó, el santo, beato, o vidente que fuera.
Formemos y mantengamos al día nuestra Fe, para saber siempre lo que podemos y no podemos, ni para que lo dicho con maldad o sin ella por unos pocos ignorantes no, nos turbe.