El Niño picapedrero
En el Evangelio de este primer Domingo de Adviento. Nos dice que sí el dueño o el cabeza de familia de la casa, supiera a que hora va a venir el ladrón vigilaría y no dejaría que abriera un boquete, para robar.
Y, si lo qué tenemos que hacer es dejar, que ese Divino ladrón, abrá un boquete en nuestra mente, y en nuestro corazón, saque todo lo que quiera.
San Juan de La Cruz, en una de sus poesías orantes, le recuerda al Amado, que es un ladrón, le ha robado, y le pide que se tomé lo que ha robado; aunque ya sabemos que no es ladrón pues solo toma lo suyo
He recordado un villancico leído hace siglos, cuando era adolescente, no sé si en ABC o en el gran periódico que era el “Ya”, se titulaba el Niño picapedrero, no recuerdo el nombre del autor, venía al final de un artículo que no sé de que trataba, me vino a la mente y espero, no comerme nada, decía asi.
El Niño Picapedrero
Dadle al Niño su martillo
Que al mundo Virgen María
viene de picapedrero
golpea sin compasión
picapedrero divino
en nuestro corazón
golpea sin compasión picapedrero divino
en su dura cerrazón
descubre él que dentro encierra
que vaya abriendo camino
Tu Mano picapedrera.
Y, porque no dejar que El Niño picapedrero, abra un boquete en nuestra mente, a veces tan cerrada y obtusa, tan llena de pajarracos y la llene con la Palomita con La Ruhacita divina, y con su Presencia y la del Papá Mamá Dios
Que haga un boquete en nuestro corazón de piedra, para que afloré el corazón de carne como el suyo, un corazón que sangre ante el dolor de sus hermanos, que vibre con su alegría.
Sí yo creó que debo, que debemos dejar que el Ladron divino, o el Niño Picapedrero, haga un boquete y nos robe, bueno que tome lo que es suyo.
