Dejar hacer a Dios
Dejar hacer a Dios, no es tumbarse a la bartola, y, esperar inútiles milagros, del tipo que sean
No, muy al contrario, es ponerse enteramente en sus Manos, como hicieron, María, José, Jesús, firmarle un cheque en blanco, y, hacer todo lo que nos pida, y, aceptar todo lo que viene de su mano, aunque no se entienda, y, se admiten protestas, no blasfemias
Es aceptar que Dios por medio de las causas segundas, cambie tus planes, aceptar el éxito y el fracaso, y, no querer el éxito si exige ir contra su voluntad explicita
Es luchar contra la enfermedad, con todos los medios que la buena ciencia, pone a tu alcance, pero también poner esa enfermedad en manos de Dios, sin cadenas de oración, ni tontos sobornos, como si Dios necesitará algo tuyo, o mío
Es luchar contra el Mal, y, pedir a Dios por ello, pero no desanimarse, si al dia siguiente, todos los malotes no se van de misioneros
Es luchar contra el Mal en uno mismo, pero no desanimarse, si vamos de caída en caída
Es dejar que Dios que no tiene tiempo ni reloj, siga a su Aire, que es el Viento del Espíritu Santo
Es imitar a María, a Jesús, a José, ellos fue lo que hicieron