“No sería
necesario recurrir tanto a la palabra si nuestra fe diese testimonio S. Juan Crisóstomo”
Cierto pero nuestro testimonio,
suele en la mayoría de las veces, no en todo el mundo, desmentir lo que dicen
nuestras palabras
Así por ejemplo, una persona
habla de que es creyente, va a Misa, confiesa, Dios es lo primero para ella, y
lo hace en la sala de espera de un notario, por ejemplo; todos la escuchan
asombrados, y, admirados de pronto, alguien nombra un programa de tv repulsivo,
y, la persona dice, “yo lo vi”, no es para tanto, o dice ante alguien que habla
en contra del aborto, “ya pero es legal”, y suelta aquello de que hay que
ser libres, y respetar, o ante él que le
pide firmas contra un espectáculo blasfemo se niega
Entonces el ateo defensor de la
vida, él que sintió vómitos al inicio del programa de tv, que por supuesto no
vio
Deciden que la persona en
cuestión hace todo, lo que dice, por costumbre, pero que naturalmente no lo
cree
Sus hechos desmienten sus
palabras
Pero no sólo las suyas las de
todos los que se dicen como ella cristianos católicos
Viernes 3º de pascua