“El sacrificio y la oración se complementan no hay oración sin sacrificio, ni sacrificio sin oración” M Teresa
En primer lugar el Sacrificio exige oración, el sacrificio, no la pendejada, no el hacer el indio, con disculpas de los indios, no el sacrificio que es la inmolación, es decir la entrega a Dios de lo que Él, nos pide en primer lugar; de lo que nos manda la Iglesia, y de lo que nosotros le queremos ofrecer, no para estar bien, ni ser felices, sino porque todo lo hemos recibido del, sacrificio que a veces será el no hacer “el sacrificio previsto”, si no en apariencia no hacer ninguno
El mayor sacrificio es la entrega de la vida, el martirio, pero este Dios no lo pide a todos, y, para estar preparados si llega hay que hacer pequeños cada día, un sedentario será casi un milagro si corre una carrera
El sacrificio siempre está por encima de nuestra naturaleza caída, por eso necesitamos la ayuda de Dios, y, para ello hemos de tratar a Dios, de escucharle, de hablarle, eso es la oración
Es decir que está claro, que el sacrificio precisa la oración
Pero, ¿La oración el sacrificio?, pues sí, porque no se trata de rezar al tum tum, si no de orar
De hacerlo con ganas, y sin ellas
Si sentimos algo, o no sentimos nada
Si nos parece una pérdida de tiempo, o lo mejor del mundo
Si nadie ora, o, si estamos en un ambiente orante
Si Dios nos comunica bendiciones, felicitaciones, y, se nos llena el alma de paz
Sí, somos reprendidos, se nos muestra lo miserable que somos, y, nos vemos como el ser más malo de este mundo
O, peor aún si no sentimos nada, nada
Si la Biblia son sólo 72 viejos libros, 66 si uno es cristiano a católico
Si a nuestro alrededor sólo vemos el bien
Sí sólo vemos mal
Y, claro orar así cuesta, es un sacrificio, es seguir el ejemplo de Jesús, y entregarse al Padre