“Cuando ya no puedo hablar con ninguno,
ni invocar a nadie, siempre puedo hablar con Dios”. (Benedicto XVI)
Y, Dios siempre tiene tiempo,
mejor dicho eternidad para escuchar; Dios nunca interrumpe con sus problemas
Dios no insulta ni ofende; Dios
no te descalifica; Dios te anima, te perdona
Te dice que te quiere
Por muy hundido que uno este,
Dios siempre lo va amar