Necesito a Jesús en Eucaristía,
y, en la Escritura
Necesito a Jesús en La
Eucaristía, como Hombre, y, como mi Dios, lo necesito para alimentarme, con Él,
para hablarle, para quejarme, para “escucharle, en silencio”, para pedirle,
para adorarle
Lo necesito en La Escritura, en
el Antiguo Testamento, y, en el Nuevo, para oírlo ahí, para entender lo que
quiere, para comer su Palabra, que es comerlo a Él, porque Él es La Palabra
Lo necesito para adorarle
Lo necesito para saber lo que él
me pide
Para oír sus quejas
Sus palabras de consuelo
Lo necesito para saber, que
cuando comulgo, cuando oro ante La Eucaristía, no estoy idolatrando un trozo de
pan, lo estoy adorando a Él, porque es verdad que se quedó ahí
Porque lo dijo Él, que es La
Verdad
Y, por lo mismo es verdad que
cuando dos o tres están unidos en su Nombre, Él está en medio, por eso necesito
a la Iglesia, y, porque está en todos, los necesito a todos
Porque a fin de
cuentas, sólo lo necesito a Él