La falsa humildad, soberbia disfrazada, de no dejarse servir por el Verbo encarnado, por Dios
Hay una falsa humildad, que en realidad es soberbia disfrazada, que es no dejarse servir, por el Verbo encarnado por Dios
Y tiene muchas manifestaciones
Una es no orar, no pedir a Dios, alegando que uno es indigno, lo que es cierto, pero no es menos que Dios nos ama
Que no lo merece, también es cierto, Dios, nos escucha por Jesús, por él, no por nuestros méritos
Que Dios tiene otras cosas más importantes
La segunda forma, es rechazar los medios de Salvación que Dios nos ofrece por La Iglesia, y las mediaciones como la oración, La Biblia... alegando disculpas tontas
La tercera es estar siempre dispuestos a ayudar al prójimo, sobre todo para repetirlo hasta la saciedad, pero rechazar y no pedir nunca ayuda
Sí cuando ayudamos a otro; ayudamos a Jesús. Cuando pedimos ayuda a otra persona, la estamos pidiendo a Jesús.
La cuarta es negar y no usar los dones recibidos en lugar de agradecerlos a Dios, y ponerlos a su servicio