La Casa no es nuestra y el amo puede llegar y hallarnos haciendo el mono, roncando, por suerte el Amo es nuestro padre.
Qué puede pasar, por ejemplo imagino que la serie La Promesa fuese real.
Que los marqueses estuviesen de viaje, visitando a Leonor en EE.UU. Han dicho que van estar mucho tiempo, pero no han especificado cuanto, los criados echan sus cálculos, viaje tan largo, por lo menos cerca del año; así que echan el palacio por montera, pero ay cuando se lo están pasando genial, bebiendo el vino y los licores del marqués, sin hacer nada, todo manga por hombro. Llegan los marqueses.
El marques chilla, vocifera, aquello es una cochiquera, y los echa fuera, es más no los echa fuera. Los denuncia han bebido lo que no era para ello, eso equivale a robo, los mete en la cárcel. A los que solo hallo dormidos los despide.
A nosotros nos puede y nos pasa lo mismo; pensamos que La Casa es decir el planeta tierra es nuestro, así que podemos volatizarlo, pensamos que La Casa es decir La Iglesia es nuestra y podemos hacerla trocitos, pensamos que nuestro cuerpo, mi cuerpo es mío, puedo ponerlo en peligro, puedo cargármelo, pensamos que nuestro espíritu, es nuestro mi almita, Y el Amo, nos suena lejos, no solemos hablar con él, sabemos que vendrá pero aún falta
Pero un día llega de improviso. Y que nos dice Jesús, que le hace a los criados vagos, malandrines, ladrones y holgazanes, pues algo parecido a lo que haría el marqués de la promesa.
Claro que, en este caso el Amo es nuestro Padre, Nuestro Hermano Mayor, Nuestro Esposo.
Somos los peques, y, ya se sabe no se puede dejar a los niños solos, unos azotitos, y luego un montón de besos y abrazos
Claro si hemos aceptado ser niños, ser hijos pequeños, porque sí nos mantenemos como Mayores, entonces. Nos habremos merecido, mejor dicho habremos optado voluntariamente por la Expulsión
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