jueves, 27 de julio de 2023

Un hombre habla con Dios

 

Un hombre habla con Dios de Justicia y otras cosas
Una vez  un hombre, le vamos a llamar, Antonio, habló con Dios.
Antonio era un hombre bueno, la verdad es que él se sentía el mejor hombre del mundo.
Le dolían mucho las injusticias, no podía ver sufrir a nadie, y no entendía a Dios
“Yo creo en Dios, claro que sí” repetía; “pero no comprendo como si es justo, permite el hambre, el dolor las guerras, los crímenes, porque no hace nada”
Antonio estaba siempre dispuesto para ayudar a los demás pero cuando llegaba el momento, no hacía nada, porque como su ayuda la ofrecía para casos extremos, y esos no se daban, pues no hacía nada
Tampoco visitaba a amigos y conocidos que estuvieran enfermos en casa o en el hospital, su razón la enfermedad no le gustaba, y al enfermo mejor que descansé
Limosna, tampoco daba, porque no sabes si llegará
Un día el médico le diagnóstico una enfermedad, no era grave sí se cuidaba. Y fue entonces cuando nuestro amigo Antonio.
Hablo con Dios
“Dios dónde estás, grito”
Y Dios le respondió, aquí a tu lado, no chilles Yo, no soy sordo
Pues lo parece, sabes que no estoy contento contigo, parece que no te importasen las personas, que has creado tú, tanta  gente sola, muriendo de hambre, mi enfermedad
El Creador le escuchó decir todas las barbaridades que decía sin enfadarse, más bien sonriendo. Y al cabo de un rato le habló
Bien Antonio, ahora voy hablar Yo, no para defenderme, sino para enseñarte, te quejas de tu enfermedad; en primer lugar yo no te la mandé, ese no es mi oficio, esa enfermedad te la ganaste tú con tus excesos; has comido y bebido peor que una bestia, ahora modera la comida y la bebida y la enfermedad se dormirá
Vale, respondió Antonio, pero que pasa con los demás, el hambre etc. ya sabes
Sé, Antonio que Yo doy alimentos para toda la humanidad, tenéis comida de sobra, pero quiero que compartáis, y algunos como tú lo acaparais todo, y luego me echais a mi la culpa.
No quiero la injusticia, y por eso os mando amaros, y os prohibo robar y matar, y mentir, pero pasáis de mis mandamientos. La soledad yo estoy con todas las personas, pero para algunos es preciso que esa cercanía les llegue por el abrazo y la cercanía de otro ser humano. 
Tú Antonio me reclamas, aunque soy tu Creador y tú eres menos que una hormiga ante mí; me reclamas pero te olvidas de que los bienes que te dí, pues todo empezando por tu existencia, me lo debes. Todo lo que te dí, tus bienes, tu tiempo, tus cualidades son para que las pongas al servicio de los demás, Yo quiero hacer compañía al que esta solo, y, para ello te preciso, pero tú que eres un egoísta no lo haces, no das limosna ni ayuda, pero te compras objetos tecnológicos caros, la ayuda temes que no llegue, por favor hijo, no pongas excusas
Empieza ya a cambiar de verdad, comparte, ama a los demás como a tí mismo, pideme, pero recuerda Yo doy para todos, no solo para quien recibe. Recuerda que mi Hijo Jesús, os enseñó a pedir el pan nuestro no el pan mío, y que os dijó que Yo, daré el Espíritu Santo, a quien me lo pida. Tú nunca lo has hecho. También te has olvidado que esta vida en la que estás es solo una etapa para vivir conmigo en plenitud, sí quieres de tí depende. Tu Creador y Padre que te quiere y te bendice
Antonio cayó al suelo de rodillas, no sabía que decir; hasta que la voz de su mujer lo despertó
Venga arriba, tienes que tomar las pastillas, y luego vete al cine sí quieres yo, tengo que ir a comprar-
Antonio se levantó del sofá, todo había sido un sueño, o tal vez algo más, por lo pronto, no iba ir al cine, iba a ver al marido de la portera del edificio, que estaba en el hospital, también haría una donación a la Cruz Roja, podía hacerlo.... por último acudiría a la iglesia, hoy al menos hoy iba portarse com Dios quería, el día de mañana, ese lo dejaba en las manos de Dios

Fin