martes, 8 de octubre de 2019

El sinvergüenza de Judá

El sinvergüenza de Judá

La historia de Judá, la encontramos en el libro del Génesis, pero yo me voy a referir a una etapa muy concreta de su vida, la que muestra que era un sinvergüenza, una mala persona, y, un hipócrita, vamos toda una joyita, pese a ello Dios al que no le pasa nada, porque sí, que no tiene imprevistos, quiso incluirlo en su familia, sí, si de este caballero, proceden a través de generaciones lo mejor de la humanidad vamos lo que no se puede superar

José de Nazaret, nuestro querido y bendito San José, su virginal esposa, Santa María, y, el hijo de ambos y de Dios, aunque de José no sea hijo biológico es hijo suyo. Jesús, Dios como su Padre y el Espíritu Santo, prueba del amor de Dios a los pecadores

Y, ahora la historia de este buen hombre, en Gn 38, 1, 30
Paga la pena leerlo, porque la historia es interesante a más no poder. Tamar, no hace lo correcto, pese a ello también ella figura en la genealogía de Jesús, pero aunque no hace lo correcto, lo hace para dar un hijo a su clan a su familia

Judá que todo lo virtuoso que se quiera, pero se iba de putas, no duda en mandar que “quemen viva”, a su nuera al saber que estaba encinta, esa era la prueba de “su pecado”, juzgaba con dureza a su nuera, pero se olvidaba que él no era un santo, la mujer era condenable, el varón, no

Porque si la mujer, en este caso Tamar se había prostituido, acaso él no lo había hecho también al irse con la prostituta, pues claro que sí

Es cierto que al final al saber la verdad reconoció su culpa, pero eso no le libra de ser un sinvergüenza

Puede que algunos al leer la historia, deduzcan que la Biblia acepta la muerte del no nacido, muerte violenta, es decir el aborto, amparándose en que se manda quemar a Tamar estando encinta, y, lógicamente eso llevaba la muerte del niño, en este caso de dos niños

Pero todo lo contrario, eran las costumbres de un pueblo en camino a la perfección, se quería un pueblo puro, pues del mismo había de venir, como vino la salvación a todos los pueblos, por eso, erróneamente, creían que los pecadores no tenían cabida, ni ellos ni sus descendientes, Dios no piensa igual, la mujer y el niño tenían que morir como culpables, como pecadores, en ningún momento se propone abortar al niño, para dejar a la nuera libre sin problemas.
En esta historia si había que salvar dos vidas, bueno 3, y, Dios las salvo