“Con lo bueno que era”
“Con lo bueno que era”; esta estúpida frase, todos la hemos oído, y, hasta la hemos dicho, cuando nos anuncian la muerte trágica, o, por grave enfermedad de una persona joven, o bastante joven
Sin entrar en detalles de que nadie es tan bueno, ni tan malo como se pueda pensar, lo dicho no tiene pies ni cabeza. Más bueno que Jesús de Nazareth nadie.
Pero es que además se está cayendo en el fatalismo, todos somos mortales todos tenemos que morir, y, Dios manda la muerte en el momento que mejor nos conviene, incluso al que estúpidamente haya elegido el infierno
Y, hecha esa salvedad, si uno muere de accidente eso no tiene que ver, ni conque sea bueno, ni malo, sino por su imprudencia o la de otros
Las enfermedades no las causan ni la gracia ni el pecado, las causan los virus, las bacterias, el desgaste del organismo
Un veneno mata igual a una persona buena que a un ser perverso
Nadie muere, ni enferma pese a ser bueno, o siendo bueno, o por ser malo, sino porque somos pasibles, y, los virus, bacterias, etc, tienen que comer, para que los médicos puedan vivir
Nadie tiene accidentes por castigo ni prueba de Dios, sino por imprudente, desconocedor o, serlo otros
Y, como decía “Pelayo”, personaje de Amar en tiempos revueltos, ahora, “Amar es para siempre”, a los malos también les pasan cosas malas, también se mueren, pero como no los queremos, nos enteramos menos.
Los cristianos sabemos que el fallecido, sólo ha cambiado de domicilio, que seguimos unidos a él por La Comunión de los santos, que nos volveremos a encontrar, que Dios es Amor, y, si ha permitido esa muerte, ha sido para que no perdiese plaza en el Cielo de vivir más.