Jesús es en todo igual a
nosotros, salvo el pecado, si es igual en todo, quiere decir que como hombre no
es perfecto, no era perfecto, precisamente el ser perfecto hombre, hombre
autentico, implica lo anterior, como ser humano es criatura, y, por ende limitado,
lo limitado, no puede ser perfecto, Jesús es Dios y Hombre, pero como hombre,
es hombre, lo que lo diferencia es que no tuvo pecado, pero si tentaciones, que
si nacían de dentro y de fuera, pues como dice La Escritura, se encarnó en
carne de pecado, es decir en la nuestra, por eso huye de las tentaciones, no se
queda a charlar con ellas
Necesita la fuerza de Dios como
todos, y, sabe, supo acogerse a ella, fue tentado en todo, la necedad porque no
le puedo dar otro nombre, que tienen algunos, de delimitar que tentaciones
pudo, o no tener, rozan lo absurdo, toda tentación, si se cae es mala, si se
vence es prueba de que Dios nos ama, pero como algunos sólo conocen un
mandamiento, por ahí van
Olvidando que en el fondo toda
tentación es una tentación de idolatría, de preferir una criatura a Dios, sea
contra el 2º, el 4º, el 6º, o, el 11º
También Jesús no lo sabía todo
como hombre, aunque si tenía que conocer su propio misterio, o no lo podría dar
a conocer el modo en qué se daba este
conocimiento no lo sé, y, no me basta la frase, “si veía a Dios”; porque Dios
no es un objeto que se pueda ver, y, comprender lo infinito, lo finito no
puede, sin embargo Jesús, está unido a Él, y de algún modo tenía que darse,
pero esto forma parte de su misterio
Tampoco le gustaba el dolor, ni
la muerte, de hecho rogó a Dios que lo
librase de la Cruz, pero como amaba al Padre, de quien se sabía hijo natural,
acepto la muerte
De la que pudo librarse, sólo con
dar la vuelta a la pregunta que le hizo Caifas, pero esa es otra cuestión
Por ahora, a mí me basta, saber
que el Hijo de Dios, que como Dios esta infinitamente por encima de mí, se hizo
uno como yo, que cuando le hablo, sabe de qué le hablo
Porque paso por todo, lo que
puedo pasar yo, lo que podemos pasar todos