La Venida de Jesús es siempre salvadora.
Jesús es el Salvador, por voluntad de Dios, no un salvador, El Salvador, y, lo es de la persona entera, y, lo es siempre, sólo quien voluntariamente rechaza ser salvado, se queda fuera.
Jesús nunca viene a condenar, a rechazar nunca, no puede perder lo que el Padre le ha mandado guardar y rescatar
Por eso cuando llega a la vida de una persona, no importa lo que esa persona hubiese hecho antes, si lo deja entrar si lo dejamos entrar en nuestra vida, arranca todo lo malo, y, nos llena de su Espíritu Santo, nos salva, en primer lugar de nuestro peor enemigo, que no es el diablo es cada uno.