Rumiar en el Interior La Palabra de Dios, que no es solo la Biblia, sino lo que nos dice en cada acontecer, como hacía María.
María de Nazareth cada vez que era sorprendida, por algo que no entendía, en lugar de negarlo, de decirse es un sueño, una locura, lo interiorizaba, lo metía en su corazón y le daba vueltas hablandolo, con su Dios. Lo rumiaba
Los cristianos también tenemos que aprender a rumiar, La Palabra de Dios, pero no pensemos solo en La Biblia, ni en La Tradición viva de La Iglesia, ni en lo que dice o escribe el Papa. No, vayamos más lejos y llevemos a ese rumiar interior, lo que esta pasando en el mundo, en la Iglesia, en nuestra vida personal la de cada uno, lo que escuchamos, leemos y vemos. Hagamos de todo oración como hacía nuestra Señora, rumiemos ante Dios.