No vamos al Cielo por cumplir los Mandamientos, vamos al Cielo; por Jesús, pero si no confesamos a Jesús guardando los Mandamientos, vamos al Infierno.
Al Cielo, que es una forma de hablar, es decir a vivir con Dios y en Dios, no vamos a ir por ser buenas personas, por guardar todos los Mandamientos, no, por obedecer a Dios, no merecemos el Cielo, no merecemos nada, Dios es nuestro Dueño absoluto, y, tiene todo el derecho a exigirnos obediencia absoluta, a cambio de nada, no, a cambio de existir. Pero nada más
Al Cielo vamos, por la obediencia de Jesús, por la entrega de Jesús a la voluntad del Padre que culminó en la Cruz, vamos por los méritos de Jesús, al que confesamos Señor, y, que nos regala sus méritos, por ello vamos al Cielo
Pero si rechazamos a Jesús como Señor, es decir sí no le obedecemos, si incumplimos los Mandamientos que son suyos, entonces vamos al Infierno, por elección nuestra