sábado, 17 de septiembre de 2022

Dios mostró su poder en María


Dios mostró su poder en María, la Madre de su Hijo. En el Magnificat, María proclama, que el Poderoso hizo en ella, maravillas, las hizo por ella, entendiendo bien, ese por ella. Algunas traducciones en lugar de “ El Señor hizo en mí maravillas, traducen hizo por mí, maravillas”
Y, muchas veces hemos pensado, nos han dicho que era algo exclusivo de María, o algunos se han ido de madre, y, han puesto a Dios que precisa a María
No, Dios no precisa a ninguna de sus criaturas, la distancia entre Dios y María es infinita, pero Dios llama a María, la escoge para su plan de salvación, y, hace que dependa de ella, y, María responde libremente, Maria secunda La Gracia, y, Dios la hace Madre virgen de su Hijo, pero es que antes de ser Madre, era hermana, porque era hija de Dios, por la gracia, el no tener culpa de origen, es privilegio de Dios, que le confiere por decirlo de un modo bruto, la Redención anticipada, esto es un privilegio, un regalo, así que por eso, no es imitable María.
Pero María se mantuvo siempre fiel, en Gracia y sin antecedentes familiares tambien fueron creados los primeros humanos, y, ahí está el resultado, María, supo siempre cual era su lugar, Ella era propiedad de Dios, Era su Esclava, y, por eso, le obedeció siempre, y, Dios se fue luciendo en Ella, Virgen y Madre, Asunta al Cielo, Medianera, es decir co Mediadora con su Hijo, que es también su hermano
María sabe que toda la Gracia que hay en ella, todo el bien que hace, es por Dios, es Dios quien actúa en medio de ella, y, por ella
Con nosotros pasa lo mismo, cuando hacemos el bien, es Dios quien actúa en nosotros, el bien que hacemos es Dios quien lo hace, porque solos, somos un desastre
Esa cosa buena, esa buena acción hecha, esa tentación vencida, es obra de Dios, en uno, porque Dios también quiere que cada uno, seamos hijos vivos suyos, hermanos de Jesús, y, madres de Jesús, es decir que dejemos que La Ruha divina lo forme en nuestra alma, para después darlo al mundo
Para eso precisamos que Santa María, nos enseñe