lunes, 6 de diciembre de 2021

Ya es hora de enterarse

  

Ya es hora de enterarse, Dios nos debe nada. 
Nos hemos pasado media vida,, hablando de méritos, de condigno, de congruo, los viejos catecismos, si bien después ellos mismos se contradecían, nos martilleaban con lo que merecíamos
Pues bien no merecemos nada, Dios no nos debe nada, todo lo que tenemos de Él es inmerecido es pura Gracia, en latín gratia, de donde deriva la palabra castellana gratis, somos nosotros los deudores de Dios, de una deuda que nunca podremos satisfacer, Jesús lo hace por nosotros
Lo mismo que Abram un día somos llamados a la Fe, se nos invita a seguir a Cristo, algunos ya desde la infancia, otros en la edad adulta, esa llamada era inmerecida, por qué Dios me ha dado a mí la Fe cristiana, y, no a otras personas, que mérito podía alegar para ser hijo de Dios de modo consciente, ninguno
Como Abram aceptamos esa llamada de modo personal un día, eso es mérito no, como no lo sería que el hijo de un méndigo adoptado por un rey, pretendiese tan solo que el rey le tuviese que agradecer que aceptase el ser su hijo, pero es que además en nuestro caso, para decir que sí, Dios tiene que sostenernos por su Espíritu, darnos su Gracia, su Fuerza, sin quitarnos la libertad
¿Y, las obras buenas, el observar La Ley de Dios, el Evangelio es inútil?
Pues no, no es inútil, es necesario, pero no porque por ello merezcamos nada; como nos lo recuerda Jesús, somos siervos que sólo hacen lo mandado, a los que no se les debe nada
A qué obrar bien, entonces, pues porque las obras confiesan nuestra Fe, obedecemos a Dios, porque lo reconocemos Creador, Señor y Padre, a Cristo y a La Iglesia su Esposa, porque lo reconocemos como nuestro Dios, nuestro Hermano, nuestro Redentor, muerto y resucitado por nosotros, por eso observamos su Ley, no esperando nada, aunque sabemos ya que El Cielo es nuestro si no renunciamos a él con nuestra conducta, por méritos sí, no los nuestros los de Jesús