Quien huye del pecado por miedo no es un buen servidor. Quien se abstiene de lo que prohíbe la Ley de Dios, y, quien hace lo que manda, sólo por miedo al Infierno, no es un buen servidor, se porta como un mal esclavo, que obedece forzado a su amo, pero que si pudiese hacer lo contrario lo haría, aunque se disgustara o dañase su amo.
el buen servidor, el buen hijo de Dios, actúa como Jesús, porque Jesús actúa en él, y, aunque se le diese la oportunidad de desobedecer al Padre Dios, sin consecuencias, no lo haría, porque ama su Voluntad por encima de todo.