domingo, 6 de junio de 2021

Duerme en la tormenta

 

“Quien tiene mucho amor,  Padre, no teme que tu Hijo, duerma en la tormenta”.
Mejor tendría que decir, quien cree en el Amor de Dios, en realidad quien creen en el Amor de Dios, se deja amar, y, dejarse amar en este caso, es amar, porque cuando lo dejamos Dios obra en nosotros, y, hace en nosotros su voluntad, sin por ello romper la nuestra
En los Evangelios leemos, que Jesús dormía en la lancha, recostado sobre un cabezal, y, lo hacía precisamente en la parte de la barca que es lo primero que se hunde, Jesús no es un loco, ni un temerario, pero sabe que Dios lo ama, es su papá, seguramente se acostaría allí para no molestar.
Cuando empezó la tormenta, los suyos que aún no lo conocían, tuvieron miedo, y, lo despertaron a voces, él como hijo de Quien es, calmó el mar.
Nosotros vamos en la nave de La Iglesia, y,  a veces parece llenarse de nubarrones, se agitan olas, y, Jesús duerme plácidamente, pero nosotros tenemos una ventaja sobre sus primeros amigos, sabemos quién es, sabemos lo que nos ama, y, si respondemos a ese amor, incluso si no lo hacemos muy bien, sabemos que no, nos hundimos que la tormenta, sólo es eso tormenta.