Ni aunque resucite un muerto.
Esta frase es un versículo de Lucas, de la parábola del rico epulón y Lázaro, y, esta puesta en boca de Abraham, Abraham recuerda a Epulón, que su familia si quieren creer tienen La Escritura, tienen a Moisés y los profetas, si no creen La Palabra de Dios, que sus siervos le han transmitido, tan poco van a creer porque vaya un muerto levantado del sepulcro, a hablarles
Lo más probable dirían “fue un sueño”
Y, es que el acto de creer es Don de Dios, pero es acto humano, un acto de libertad que exige humildad, exige aceptar que Dios es más grande, y, por lo tanto puede hacer lo que yo no entiendo, porque de lo contrario ni a ídolo llegaba, y, por eso una vez me consta que eso viene de Dios, en nuestro caso la autoridad de La Iglesia, su discernimiento, Iglesia jerárquica docente, el Papa los obispos en comunión con él, y, cualquiera que esté en esa comunión, y, se remita a su autoridad, no a me parece, una vez sabido eso, sólo queda bajar la cabeza y aceptar y adorar es decir hacer la voluntad de Dios creer y hacerlo obra
Sí eso no, nos sirve porque decimos es imposible, o vaya usted a saber de resucitar un muerto, y, venir de visita, diríamos “ayer me pasé con la cena”