Ante Jesús nunca es tarde.
A Jesús el tiempo no le importa, él nunca va decir, ahora ya, es imposible, tienes tal cantidad de pecados encima, qué ya no puedo perdonarte, has vuelto a caer en lo mismo una y otra vez, hasta los tuyos, te rehúyen y con razón; pues das asco, lo siento pero te tienes que ir al Infierno, ya te perdone bastantes veces.
No eso Jesús no lo hará jamás, no importa lo que hayamos hecho, y, vuelto hacer, para Él nunca es tarde, aunque apestamos de muertos que estamos, sólo nos pide una cosa, que nosotros queramos de verdad, que nos resucite, que nos saque del abismo del pecado, que le pidamos perdón sincero. y, entonces él nos sana.
Nos resucita, porque para él nunca es tarde, y, esto va para todos, por eso es una blasfemia y una herejía, decir, " por tal persona ya no se puede orar, para que se convierta, porque hizo, esto y lo otro"
Hay una leyenda germana que recoge uno de los cantares de los Nibelungos de Wagner. Se cuenta que un hombre ha ido cayendo cada vez más en el pecado, el hombre se confiesa y es absuelto, pero reincide, y, el sacerdote le avisa de que esta colmando la paciencia de Dios, en un momento el hombre se une a los demonios representados por la diosa Venus, a la que ama como a una mujer, arrepentido; vuelve al confesionario, pero esto ya es demasiado, y, el sacerdote le dice que no puede absolverlo, porque Dios no le perdona, el hombre invoca a La Virgen, y, el sacerdote le dice que es inútil, lo suyo es imperdonable, y añade una sentencia, "Antes florecerá la madera de este confesionario", el confesionario es viejo ya y apolillado, el hombre triste se levanta y se va despacio.
Entonces el sacerdote nota, un aroma a flores, sale del confesionario y observa el milagro, ha florecido. llorando sale en busca del penitente, al que absuelve y pide perdón.