Los poderosos quieren sacudir tu Yugo, Señor, bueno los no
poderosos también queremos, pero los poderosos, los grandes de la tierra más,
lo que se creen grandes, que no son más que alfeñiques, quieren ser ellos y no
Tú los que manden, los que gobiernen
Y; por eso como sanguijuelas se atreven con tus leyes, y,
persiguen y, dan muerte física o social a quien se opone
Tú creaste macho y
hembra, ellos no lo discuten en las especies animales, pero al llegar al
hombre, te remiendan y, dicen que un
hombre puede ser mujer y, a la inversa
Tú dijiste no mataras, y, que eras tú El Creador del hombre,
Él que lo forma en el seno materno, ellos dicen si conviene se puede matar al
no nacido, y, al enfermo
Tú mandaste tener misericordia, ellos defienden la pena de
muerte
Las únicas leyes que aceptan son las que hacen ellos en los
parlamentos, en los areópagos, pero yerran pobres gusanos apestosos, porque
serán juzgados por tu Ley