Las Escrituras no son el fin, si no el medio para
descubrir la presencia de Dios
A veces escuchando algunos
hermanos no católicos, da la impresión de que idolatran La Escritura, que para
ellos La Biblia lo es todo
Pero no es así, de hecho una
persona que desconociese, sin culpa La Biblia, se salvaría igual, pero si
conoce La Biblia y con su vida, rechaza a Jesús, se va al infierno
La Biblia, La Escritura, Las
Escrituras, no son un fin, son un medio, un medio santo, que hay que agradecer
a Dios, por el cual descubrimos la presencia
amorosa de Dios, no la del motor inmóvil, no la de un Dios Amor, vemos
como Dios nos amó desde la eternidad, como a Dios no le espantan nuestros
pecados, vemos a donde llego, a la muerte Cruz
Y, escuchamos de la Mano de La Iglesia,
de la Iglesia que arranca de Pentecostés, y, que tiene sus raíces en el Cielo,
en la tierra en el Purgatorio, lo que hoy quiere de nosotros
Esa es el cometido de la Biblia,
si lo hacemos un fin, lo absolutizamos y, absoluto sólo es Dios.