Lo que se da a Dios nunca se pierde
En primer lugar a Dios nunca le damos, pues todo es suyo,
pero de eso que Dios nos dio para nosotros que nos dejó, Él nos agradece cuando
se lo devolvemos, directamente, o, por medio de sus hijos los hombres
El tiempo que gastamos en La Oración, no es tiempo perdido,
no hacer oración porque no hay tiempo es mentira, si uno cuenta el tiempo que
pierde en no hacer nada, con esos
minutos, tendría tiempo para la oración, y, es tiempo que no pierde
Pues aprende humildad, intercede por otros, y, por si mismo,
aprende a amar a Dios, y, a los demás
Cuando se da a Dios por medio de otros, la limosna, la
ayuda, Jesús nos dijo que lo hecho a otros, es hecho a él, y, como Jesús, es
Dios, pues lo que pensábamos dar solo a un hombre, lo dimos a Dios
Y, Dios paga, a su estilo, eso sí que no es el nuestro pero
paga
Por eso, nunca se pierde lo que a Dios se da
Lo contrario sí