“Todos los lazos y cadenas son rotos fácilmente por el amor de Dios”. San Jerónimo
Cuando confiamos en el Amor de Dios, y, le dejamos actuar en nuestra vida, el rompe los lazos y cadenas que nos atan, y, nos impiden elevar el vuelo hacia Él, el pecado, es una cadena que sólo Dios puede romper, incluso el mal llamado venial, nos fija a “la tierra”, y, poco a poco nos va precipitando
Hay otras cadenas, como son los defectos que todos tenemos, el tipo de carácter, los apegos a personas o cosas, que no son pecado, pero pueden conducir a él, ahí si podemos actuar nosotros, pero como criaturas precisamos la ayuda de Dios, que nunca nos va negar, y, que muchas veces nos la brinda y nosotros la rechazamos, porque no sabemos ver.